En el camellón de la calle 200, donde confluye con la Miguel Alemán, se instala una nueva pantalla electrónica, la tercera después de las que ya funcionan en la Plaza Ley y en la entrada norte.
Todo está bien, siempre y cuando sólo se use el lado de la pantalla que da hacia el poniente. Y parece que así será.
Pero si los propietarios deciden utilizar también el lado que da hacia el oriente, tendrían que tumbar la bella palma y el pino que obstruyen la visibilidad.
Sólo que eso, por supuesto, no lo van a permitir las autoridades de Ecología y Desarrollo Urbano. No permitirán que se repita el atentado contra la naturaleza cometido en la calle Sonora y Allende, donde fueron agresivamente podados varios árboles para que pudiera verse una propaganda electoral.