La charola salinista
Jaime Mondragón
Domingo 03 de Junio de 2012

A propósito de la denuncia periodística sobre el “Pase de la Charola”  que realizaron supuestos operadores de Campaña de AMLO, con lo que esperaban levantar 6 millones de dólares,  me  permito reproducir aquí una parte de un  artículo que se publicó anteriormente en INFOCAJEME. 

Declaro que el escandaloso evento social de priístas que presentó con sus principales detalles se realizó durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari  (1988 – 1994) y está contenido en un excelente libro del periodista Andrés Oppenheimer.  Espero que satisfaga su curiosidad morbosa.

UN EVENTO SOCIAL DE PRIÍSTAS DISTINGUIDOS

Carlos Salinas de Gortari, su gobierno y el sistema político mexicano son temas polémicos que dan mucho para escribir. Y por más que se escriba al respecto apenas se mostrará la punta de un enorme iceberg de corrupción, violencia e impunidad institucionales.  Más grave todavía: hacia atrás en el tiempo y hacia adelante también, esos elementos indeseados de corrupción e impunidad permanecen como constantes perniciosas que minan las estructuras social,  económica,  política, Moral y gubernamental de nuestro país.

Para exhibir aquel escenario de descomposición moral regreso al libro de Andrés Oppenheimer  “MÉXICO: EN LA FRONTERA DEL CAOS” (Vergara editores, 1996) para comentar algunos párrafos del capítulo 5.  Aquí se reseña una cena privada (así fue convocada) de 30 magnates mexicanos,  integrantes todos del Grupo de Hombres de Negocios (GHN), que se realizó el 23 de febrero de 1993 en la mansión de Antonio Ortiz Mena, muy prestigiado exSecretario de Hacienda y tío del presidente CSG.

Cito textualmente a Oppenheimer:

¿Asistentes a la cena?  Carlos Slim (TELMEX); Roberto Hernández (BANAMEX); Emilio Azcárraga (TELEVISA); Garza Sada (VISA Monterrey); Ángel Losada (Tiendas de Autoservicios e Inmobiliarias); Gilberto Borja (Grupo ICA); Harp Helú (Casas de Bolsa,  BANAMEX y Financieras) y otros con fortunas igual de impresionantes.  Ninguno de ellos es de México.  México es de ellos.

¿Motivo de la reunión?  “Pasarles la charola”  para que aportaran recursos para la campaña electoral del PRI para la presidencia de la republica de 1994 ya que se quería desligar al partido oficial (PRI) de la dependencia económica del gobierno.
 
¿Aportación personal?  Propuesta inicial: 25 millones cada uno … ¡¡De dólares!!
 
¿Generosidad o interés?   El “Tigre” Azcárraga reconoció en encendido discurso que muchísimo le debían los allí presentes al presidente CSG y su gobierno y que en justa retribución,  él personalmente doblaba la cantidad  ¡50 MILLONES DE DÓLARES! y exhortó a que todos hicieran lo mismo y mostraran así su agradecimiento y apoyo al gran patriota y líder indiscutible de los mexicanos.”

Termina cita de libro de Oppenheimer

¿Cuánto cree usted que se reunió en esa cena privada?  ¿De verdad quiere saberlo?  Bueno, se levantaron 750 millones de dólares en calidad de primera aportación de estos dinerosos señores para la “Campaña”.  Un detalle:  Carlos Slim propuso con candor y prudencia que le valieron risas y bromas cínicas   “Esta cena y nuestras contribuciones deben permanecer en secreto para evitar malas interpretaciones y posibles extorsiones de la prensa.”

Una pregunta morbosa:  ¿cuánto dinero habían ganado estos empresarios con el gobierno de CSG?   Dicho de otra manera:  ¿Que compromisos reconocieron esos Caballeros de la Gran Empresa Nacional que soltaron entre 25 y 50 millones de dólares cada uno para corresponder y quedar bien con el presidente Salinas?.

Una pregunta ingenua:  ¿fueron realmente donativos …  o inversiones?.

Sin embargo y pese a las precauciones solicitadas por Slim,  los escandalosos pormenores de la cena llegaron a la prensa y a través de ella,  al gran público. Las contribuciones de los multimillonarios se convirtieron en un símbolo de la inmensa corrupción en los círculos cercanos al poder.

Un dato más que consigno por curioso y ofensivo:  de los asistentes a la cena privada, 13 formaban parte de la lista FORBES de los hombres más ricos del mundo en ese año 1993.

Estimado lector: Para que se ubique mejor respecto del tamaño de los donativos, le proporciono unos pocos datos (sic) de los muchos que consigna Oppenheimer en el libro que he citado con anterioridad:

i)   Los magnates mexicanos invitados a la cena ofrecieron, sólo en esa ocasión, más de 5 veces lo que el Partido Demócrata había gastado en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 1992;

ii) La mayor contribución a la campaña demócrata en los EE.UU. fue del sindicato United Steel Workers y alcanzó la suma de 398,876 dólares.  Esta suma es ridículamente baja si se le compara con la sola contribución de 50 millones de dólares de Azcárraga.
 
¿Qué tipo de beneficios recibían estos empresarios consentidos del régimen que los obligaba moralmente con el presidente CSG?  Muchos y muy jugosos.
 
¿Un ejemplo?  Poco después de que el monopolio telefónico gubernamental (TELMEX) fuera vendido a Carlos Slim, el presidente autorizó en 1991 aumentar las tarifas telefónicas en 247.4%,  cuando los salarios apenas habían aumentado 18%.  Ante el repudio generalizado, TELMEX aceptó disminuir el incremento y se conformó con el 170% de incremento. Al respecto Lorenzo Meyer escribió:  “con incrementos salariales del 18% e incrementos en las tarifas de 170% no se necesita ser un genio financiero para triunfar en el mundo de los negocios. Y como se trata de un monopolio …”.  Así inicia la construcción de la fortuna más grande del mundo.

Termina cita textual del libro de Oppenheimer.

El año 1994 fue un rosario de malas noticias y eventos para el gobierno y el gran líder. Desde la aparición del EZLN y su carismático adalid el “Sup Marcos”, pasando por la complicada campaña promocional de Luis Donaldo Colosio y su asesinato proditorio,  las difíciles elecciones amañadas del tortuoso dúo que formaron CSG y Diego Fernández de Cevallos; y por último el homicidio de Francisco Ruíz Massieu,  las cosas se descompusieron en México y con ello la economía se fue al caño.  Y como suele suceder en estos casos, la fuga de capitales fue salvaje.

¿Quiere saber cuáles fueron los primeros capitales en dólares en fugarse del país?  Pues sí,  los capitales de los magnates mexicanos que asistieron a la cena privada en casa de Antonio Ortíz Mena que reseña Oppeheimer.  ¿Habrán recibido un oportuno “pitazo” que les permitió recuperar y multiplicar su aportación de esa noche,  a través de la compra oportuna de dólares y su envío a puerto seguro en el exterior?  ¿Usted que opina?
 
Por cierto:  Oppenheimer dedica otro capítulo (“La Pesadilla Navideña”) a reseñar la apresurada, masiva y nocturna salida de capitales del 19 de diciembre de 1994.  A estos trágicos eventos generados por la devaluación ordenada por Ernesto Zedillo y operado por Jaime Serra Puche,  los mexicanos los referimos como el Error de Diciembre.
 
Un error que todos los mexicanos estamos pagando y que no tiene paternidad declarada. El gravísimo Error de Diciembre ¿se lo cargamos a Salinas?  ¿se lo adjudicamos a Ernesto Zedillo?  En mi opinión, a ninguno. Ese error por sus dimensiones, es huérfano. No tiene madre.

 

 

 
 

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