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1.- Matt Cain (8-2) lanzó el 22 juego perfecto en la historia de MLB (Giants, 10-0 a Houston) y segundo en este año luego de (21 de abril) Philip Humber (Chicago White Sox ante Seattle). Además, éste fue el No. 5 de no-no en la temporada. Cain abanicó a 14, su máxima cifra, y empató con la misma a Sandy Koufax en un triunfo de esta naturaleza. Koufax (Dodgers) lo hizo en Sept. 9, de 1965 contra los Chicago Cubs. (http://mlb.mlb.com/mlb/gameda y/index.jsp?gid=2012_06_13_houmlb_sfnmlb_ 1&mode=recap_home&c_id=sf) 3.- En tanto, qué racha: los NYY llevan once triunfos en sus 13 últimos juegos y, obviamente, se encaramó al liderato de la División Este de la LA. Anoche limpiaron a los Bravos de Atlanta donde Curtis Granderson llegó a 19 de vuelta entera. http://newyork.yankees.mlb.com/ index.jsp?c_id=nyy&sv=1 El beisbol y las pelotas Le comparto, con gusto, el siguiente tema abordado de manera excelente por nuestro colega historiador veracruzano, Cesáreo Suárez Naranjo: Estimado Jesús Alberto; te envío algunos datos acerca de las pelotas de beisbol (tomados de un tema que escribí hace algunos años): ¿Se ha fijado, amigo aficionado cómo, durante un partido, se utilizan bastantes pelotas? En el beisbol local no es nada. Pero vea como, en un partido de la Liga Mexicana, el umpire se fija en una pelota que acaba de ser bateada, para cerciorarse si está en buenas condiciones y, si no es así, la descarta inmediatamente. Pero en las Ligas Mayores esto parece una exageración, pues se utilizan varias docenas de pelotas en un solo partido. Usted dirá si miento: en la jornada maratónica más larga de la historia, el 31 de mayo de 1964, cuando se jugaron casi 10 horas (9:52 fue el tiempo oficial), y el segundo partido de una doble cartelera celebrada en el SHEA Stadium de Nueva York, entre los locales METS y LOS Gigantes de SAN FRANCISCO, se prolongó por 23 entradas, se utilizaron ¡asómbrese usted! 22 docenas de pelotas; esto es un total de 264 esféricas (una cada dos minutos y 15 segundos). Como dato adicional diré que la doble jornada dio comienzo a la 1:08 P.M., habiendo pagado su entrada 57,037 personas, pero ya para las 11:25, poco antes de la media noche, solamente permanecían en las gradas alrededor de 15,000 fieles aficionados. Según la información con que cuento (muchas veces la fuente ha sido “The Sporting News”, al que debo darle crédito) en 1988, cuando sólo había 12 equipos en la Liga Nacional, BILL WHITE, presidente del circuito, firmaba alrededor de 1,500 a 2,000 docenas de pelotas “RAWLINGS” (la marca oficial de las Mayores en la actualidad, pues antes era la “SPALDING”) para ser usadas por cada equipo en una sola temporada. ¿Sabe usted cuanto mide de largo el estambre que se enrolla sobre el centro de la pelota y que, enseguida, queda cubierto por el forro? Según la edición de Julio de 1999 de “The Sporting News for Boys”, el hilo tiene una longitud de ¼ de milla (1,320 pies o 440 yardas), que convertidas al sistema métrico nos da: 402.34 metros. Muchos de los que ya andamos por los “sesenta”, y alcanzamos a vivir el beisbol de los años cuarenta en nuestra región, recordaremos sin duda cuando no teníamos dinero para pagar el precio del boleto de entrada a un juego, y acostumbrábamos a quedarnos en la inmediaciones del parque para recoger las pelotas que salían de foul y entregarlas en la puerta ganándonos, de tal modo, el derecho de ingresar al parque (Esto lo hacía, por igual, la gente “menuda”y la adulta). A colación, traduzco parte de un artículo que apareció en la revista de “MAJOR LEAGUE BASEBALL 2003”, escrito por Tim Wiles, titulado: “Foul Plays” (literalmente “Jugadas de Foul”) donde hace las siguientes remembranzas:“... En los inicios del beisbol, las pelotas eran, comparativamente, bastante caras, y los aficionados eran “animados” y, ocasionalmente, obligados a devolverlas, cuando llegaban a sus manos. En 1901, el Comité de Reglas de la Liga Nacional sugirió que se emplearan medidas disciplinarias contra los bateadores que enviaban los buenos lanzamientos de foul, con el fin de reducir los costos. En 1904, un cambio en las reglas permitió a los equipos colocar empleados en las gradas con tal de recobrar las pelotas que iban a manos de los aficionados… Allá por 1915, un artículo publicado en “The SportingLife” (un periódico de aquella época) se quejaba del excesivo costo de las pelotas que se iban de foul, diciendo: “…algunos aficionados son abusivos y enfadosos cuando la policía especial intenta recobrar las pelotas entre la multitud. La práctica que lleva a cabo el público de esconder entre ellos las pelotas que llegan de foul a las tribunas han alcanzado proporciones disgustantes en Nueva York, donde esto es más común que en otros lados (¡Algunas cosas no cambian! ¿No es así?)… Por esa misma época, Charles Weeghman, propietario de los Cachorros de Chicago, fue contra esa opinión, y anunció que el público que asistía al Wrigley Field podía quedarse con las pelotas, siendo apoyado inmediatamente por un editorial que apareció en la influyente revista “Baseball Magazine”, el cual decía que: “…El amor por los souvenirs está firmemente establecido en el alma de los aficionados…”. Consideramos que estos comentarios le dan una idea. SALUDOS. |
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