Un nuevo elemento de discordia podría generarse en la relación entre los coqueros de la Laguna del Náinari y las autoridades municipales al proponer éstas un nuevo esquema administrativo que relegaría al Ayuntamiento de su responsabilidad como propietario de este espacio recreativo.
Después de una reunión que sostuvieron con el secretario de Desarrollo Urbano, Oscar Sánchez Márquez, quien les expuso los planes del Ayuntamiento, los coqueros expusieron sus dudas al no quedar claro para ellos si la intención es crear una paramunicipal a cargo de un organismo fiduciario o privatizar la administración de la Laguna.
Las dudas, afirman, surgen después de ver como se ha ido privatizando esta área donde el zoológico del Parque Infantil, la tirolesa y las lanchas son los primeros negocios de otros que siguen, como los restaurantes al poniente de la Laguna y ahora, temen los coqueros, podría privatizarse la administración del espacio donde ellos realizan su actividad.
"Aún tenemos algunas pláticas pendientes con la autoridad para que nos aclare qué pretende hacer con este nuevo esquema administrativo", comentan los coqueros, "pero no quisiéramos que todo pase a ser negocio porque eso encarecería los servicios que requerimos y esto a la vez se reflejaría en un aumento de los productos que vendemos a los paseantes".
Por lo pronto, señalan, "ya se nos sugirió que podríamos ser nosotros quienes paguemos el mantenimiento de las fuentes danzantes y además paguemos a una empresa privada que se encargaría del mantenimiento y recolección de basura, con tarifas más altas de lo que ahora pagamos".
Lo que se ha hecho hasta ahora, continúan, "ha sido negativo para nosotros y la prueba más evidente es la sensible baja de las ventas de los puestos de cocos una vez que se cerró la Laguna para el tránsito de automóviles".
Aseguran los coqueros que desde entonces sus ventas se redujeron a un 40 por ciento de lo que vendían cuando los automóviles se estacionaban junto a los puestos y los paseantes, familias enteras, grupos de amigos y parejas, se detenían en los puestos.
El cierre también alejó a los automovilistas foráneos que entraban a la ciudad por las calles Kino y Morelos y hacían un alto en la Laguna donde consumían cocos, raspados y otros productos que allí se venden.
Mientras esperan la definición del nuevo esquema administrativo, los coqueros afirman que por lo pronto ya se les ordenó retirar los llamados "brinca brinca".
Uno de los coqueros mostró el documento donde Inspección y Vigilancia los exhorta a quitar dichos juegos en un término de 24 horas, de lo contrario se recurriría a la fuerza pública.
Es una medida arbitraria, expuso el comerciante, pues en las negociaciones que se dieron por la remodelación de la laguna, se acordó que se quitaran algunos juegos mecánicos pero nunca se habló de los “brinca brinca”.
“No sabemos a qué obedece la mediada, si los juegos ya tienen rato operando y nos mandan decir que los quitemos cuando es algo que atrae clientes, y curiosamente se da en la semana cuando comienza operar el negocio de las lanchas”, agregó.
Asimismo se les ha ordenado que retiren las mallas sombras que han colocado alrededor de los puestos para proteger sus productos de la luz del sol y a los paseantes.
Esto podría obedecer a un nuevo diseño del entorno donde las rústicas mallas sombras "afean" el espacio.
Otra de las molestias, comentó, es cuanto al retraso y la mala calidad de las obras de remodelación, ya que las rampas de acceso no tienen seguridad, el concreto es de mala calidad y hay partes donde el parque lineal luce incompleto.
“Cuando les reclamamos que el arreglo del dren estaba sin terminar, nos dijeron que ya no había dinero, pero luego vemos cómo avanzan lado obras de un nuevo proyecto donde antes operaba el vivero”, manifestó.
Como gremio siempre hemos estado abiertos al diálogo con la autoridad municipal, y ojalá que el nuevo proyecto sea realmente para beneficiarnos, puntualizaron los coqueros.