Por Sergio Anaya

Tras el reparto de diputaciones federales que resultó del vergonzoso proceso electoral del 1 de julio, empieza a tomar forma en el horizonte político mexicano un nuevo movimiento: el YoSoy251.

Este nuevo fenómeno político no es impulsado por grupos juveniles ni se guía por grandes ideales democrático sino todo lo contrario. Sólo algunos de sus integrantes son jóvenes y la mayoría pueden ubicarse en la madurez o cerca de ella, e incluso hay varios viejos colmilludos que buscan el liderazgo del movimiento.

Y en vez de los ideales democráticos que guían al YoSoy132, el YoSoy251 se inspira en razones prácticas, tan prácticas como la obtención de ganancias monetarias, políticas y todo tipo de privilegios que otorga el poder.

El Yosoy251 debe su nombre al número de diputados que necesitan alcanzar el PRI y sus satélites para ser mayoría en la Cámara de Diputados. Como se sabe, el nuevo Congreso federal estará dividido en dos partes iguales entre los diputados del gobierno (250) y los de oposición (PAN, PRD-PT-MC) que también suman 250.

A partir de septiembre el PRI buscará imponer todas las iniciativas que surjan desde Los Pino; en algunas de esas iniciativas, quizás las más intrascendentes, no tendrá problemas para alcanzar la mayoría con votos de legisladores panistas y perredistas.

Pero en las iniciativas más polémicas, por ejemplo las anunciadas reformas estructurales, tendrá que negociar con los diputados del PAN y del PRD-PT-MC para obtener la aprobación de las iniciativas.

Es en estas circunstancias, cuando la oposición en su conjunto decida votar en contra, donde aparecerá el movimiento YoSoy251, integrado por diputados de "oposición" que ni tardos ni perezosos querrán vender su voto a las propuestas priistas a cambio de algo.

No es difícil imaginar que ya anden por allí algunos de estos diputados "de oposición" ofreciendo su voto al PRI para la aprobación de las iniciativas más polémicas.

Tampoco sería raro que los priistas ya hayan detectado a qué diputados opositores pueden atraer, seducir o comprar para asegurarse la mayoría en San Lázaro. La posibilidad de volver a los viejos tiempos cuando el partido oficiál era mayoría en el Legislativo, es una idea que marea de felicidad a los priistas.

Y están a punto de lograrlo. Uno, sólo uno necesitan para poner de rodillas al Legislativo ante el Ejecutivo.

Por otra parte, como ya lo habíamos anticipado aquí, esta nueva mayoría oficialista en la Cámara convertirá a su coordinador en un "corre ve y dile" del Presidente de la República, quien se convierte automáticamente en el Jefe Máximo y Único de los diputados del PRI-PVEM-Panal y los que se añadan del YoSoy251.

Es la nueva realidad de la política mexicana, el regreso a las antiguas formas antidemocráticas, a la Dictadura Perfecta remix.

Las cosas empiezan a tomar forma en esta nueva realidad.

Y ya se escucha el murmullo de esas voces que desde San Lázaro le están gritando a Peña Nieto: YoSoy251.