La noticia de la masacre durante el estreno de la última película de Batman terminó conmocionando a todo Estados Unidos. Para este momento que se este leyendo este texto, ya se han corrido ríos de tinta hablando sobre la tragedia en el cine de una población del estado de Colorado en donde perdieron la vida 12 personas y decenas quedaron heridas, todo, en manos de un tipo armado de 24 años que solo contaba con una multa por exceso de velocidad como antecedente penal y con un excelente curriculum universitario.
Antes de entrar en la controversia de que si las películas influyen en actos violentos a las personas y que si se debería de tomar medidas mas duras ante las censura en el cine -por el hecho que ocurrió durante el estreno de Batman y que se le ha catalogado la saga como “muy violenta” - Creo que es estéril la discusión sobre la influencia del cine en actos violentos.
¿Violencia por violencia? ¿Violencia sin sentido? Hasta el momento no hay declaraciones acerca de los motivos del trágico incidente. Pero hay una cosa que me hacen pensar sobre este trágico episodio, y no es solo sobre la violencia exclusivamente, sino sobre la fama también y el aspecto cultural que rodea la noticia
Hace días corrió la noticia que en Estados Unidos tres adolescentes subieron por Facebook la grabación de como golpearon a un inmigrante mexicano hasta ocasionarle la muerte. Un señor mayor, desempleado, que fue golpeado sin motivo alguno en la calle. Y después del juicio a los tres adolescentes de tal cruel acto, parafraseo la declaración de una de las hijas la victima: “ha de ser por que buscaban fama”.
Estados Unidos esta obsesionado con la fama, muchos hacen cualquier cosa para obtener por lo menos sus “15 minutos de fama”, según la famosa frase de Andy Warhol. Ahí se ve, decenas de reality shows en donde gente sin ningún talento se convierte de la noche a la mañana en celebridades. Y hasta en donde auténticos asesinos como Charles Manson y Mark Chapman son celebres después de ser encarcelados.
El trágico evento y el circo mediático que conlleva me hace recordar el filme de Oliver Stone: Asesinos por Naturaleza, en donde se hace una crítica acida a la sociedad estadounidense por elevar a una pareja de asesinos como unas autenticas celebridades convirtiéndose en un fenómeno mediático con todo y patrocinadores. Digamos que los protagonistas son unos psicópatas Bonnie y Clyde. Y recordemos que en la realidad, Bonnie y Clyde eran unos asaltabancos celebres que incluso tenían la simpatía de la gente en plena era de la depresión norteamericana.
Vivimos en una sociedad proclive al espectáculo, como diría Guy Debord “La sociedad del espectáculo”, y no es descabellado pensar en un hipotético móvil sea parte de una búsqueda de fama y reconocimiento. Y lo más simbólico de este caso es la teatralidad en que se presento este desafortunado ataque violento “sin sentido” con similitud a algunos pasajes del comic de Batman durante la función del esperadísimo estreno del mismo personaje, y en que la ficción se confundió con la realidad, ya que según declaraciones de los testigos del evento, pensaban que el tiroteo era parte de la película.
La crítica acida del filme de Oliver Stone y los casos de asesinos celebres y con el caso reciente de la golpiza visto desde Facebook, los hilo con el caso de la tragedia de Colorado para pensar sobre la cultura estadounidense en donde tiene un historial a asesinos que suben al pedestal de la fama. Y es seguro que me equivoque en el móvil de de tal tragedia, pero sin duda hay algo en la cultura estadounidense que me inquieta en cuanto a la fusión de violencia y espectáculo y medios masivos.