Gore Vidal, provocador y crítico
Agencias
Sábado 04 de Agosto de 2012

“Somos los Estados Unidos de la Amnesia”, la frase más famosa que engloba lo que fue la personalidad de Gore Vidal. El hombre que nunca dejó de criticar a los políticos, que con sus novelas causó revuelo y sus textos en revistas cimbraron al sistema estadunidense. Su voz se apagó ayer a los 86 años de edad a causa de las complicaciones de una neumonía que padecía.

El deceso fue confirmado por su sobrino, Burr Steers, quien dijo que el autor de Juliano el apóstata, falleció en su residencia en las colinas de Hollywood, California.

Vidal era considerado uno de los escritores más importantes del siglo pasado de los Estados Unidos, junto a Norman Mailer y Truman Capote, y eterno candidato al Nobel de Literatura. También hizo guiones y alguna vez fue actor de cine, pero sobre todo era ese iconoclasta irredento que decía lo que sentía y no creía en símbolos. “Hay que saber quién eres, lo que quieres decir y que te importe un bledo”, dijo sobre su estilo al escribir.

HISTORIA. Gore Vidal nació el 3 de octubre de 1935 en la Academia Militar de West Point, Nueva York. Desde niño se inclinó por la literatura. Cursó estudios en la Academia Phillips de Exeter de New Hampshire, en la que se graduó en 1943, y a los 17 años se alistó en el Ejército, donde sirvió durante la II Guerra Mundial.

Dos años después, escribió su primera novela, Willawaw, que se publicó en 1946 y dos años más tarde ganó el reconocimiento de la crítica por La ciudad y los pilares, en la cual un apuesto joven se declara homosexual.

En 1952 publicó la novela El juicio de París, tras la cual dejó de escribir relatos durante unos años para dedicarse a trabajar para los estudios de Hollywood, donde creó guiones para películas como Suddenly, Last Summer (1959) en la que Katharine Hepburn interpretaba a una mujer que quería lobotomizar a su prima, encarnada por Elizabeth Taylor, para encubrir las circunstancias en las que tuvo lugar la muerte de su único hijo. La cinta fue nominada a tres Oscar, e Is Paris Burning? (1966), película sobre la ocupación alemana de la capital francesa en la Segunda Guerra Mundial o el drama romano Calígula (1979).

“El era el Oscar Wilde de nuestros días”, escribió Christopher Hitchens en The New York Times, al recordar en el diario al polemista. Porque tuvo grandes esgrimas con el mismo Mailer en un programa de televisión o en los tribunales con Capote, cuando el autor de A sangre fría había dicho que Vidal fue expulsado de la Casa Blanca de JF Kennedy, de quien fue asesor.   

Gore Vidal también fue un político activo, y de 1970 a 1972 dirigió el People’s Party. En 1982 casi gana una senaduría al obtener más de medio millón de votos. 

Pero su actividad más importante fue la literatura, el arte donde dejó su mejor legado, con obras como En directo del Gólgota: el evangelio según Gore Vidal; Creación; Myra Breckinridge, entre otras. Ayer, 1 de agosto, murió ese provocador que acuñó grandes frases.

FRASES

“Nunca pierdas la oportunidad de tener sexo o aparecer en la televisión”.

“Las palabras más hermosas de nuestra lengua común: te lo dije”.

“Nunca una buena acción queda sin castigo”.

 
 

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