El 67 por ciento de las mujeres mexicanas de 15 años o más ha sido víctima de alguna forma de violencia, ya sea comunitaria, familiar, patrimonial, escolar, laboral o de pareja, revela la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 (Endireh).
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) informó que aunque la violencia contra las mujeres en México ha bajado en los últimos años, ésta sigue siendo muy alta.
La violencia contra las mujeres alcanzó 67 por ciento a nivel nacional, pero es mayor en los estados de Jalisco, México y Distrito Federal (78 por ciento), y menor en Chiapas (48.2) y Zacatecas (56.5 por ciento).
Por ámbito de ocurrencia de la violencia contra las mujeres de 15 años o más, 43.2 por ciento sufre violencia por la pareja, 29.9 por ciento en el ámbito laboral, 15.6 en centros educativos, 39.7 en espacios públicos, 15.9 en el ámbito familiar y 5.8 por ciento violencia patrimonial.
En el caso de la violencia perpetrada por la pareja, en comparación con la encuesta de 2003 se registró una baja en la violencia de tipo emocional, económica y sexual, pero aumentó la física.
De esta manera, disminuyó la violencia emocional de 34.8 a 32 por ciento, la económica de 29.3 a 22.9 y la sexual de 7.8 a 6.0 por ciento; por el contrario, la violencia física se incrementó de 9.3 a 10.2 por ciento.
La baja de la violencia contra las mujeres en México muestra que han tenido efecto las políticas públicas y la concientización al respecto, pero reconoció que aún hay que trabajar para remediar este problema porque sigue siendo muy alto.
Por nivel de instrucción, las mujeres con bajo nivel educativo declararon ser víctimas de un menor grado de violencia, lo que puede atribuirse a que no reconocen este problema o lo tienen tan interiorizado que creen que así es la vida y no están conscientes de que puede ser diferente.
México, a pesar de ser un país de ingresos medios con un índice de desarrollo alto, también tiene grandes desigualdades que constituyen focos rojos y que ponen en riesgo dicho desarrollo.
Uno de los mayores obstáculos para ello es la desigualdad de género y la forma de violencia que se ejercen contra las mujeres en sus distintas expresiones.
Para hacer frente a este tipo de violencia en México es necesario e indispensable desarrollar un proceso de construcción legislativa que vaya de lo nacional a estatal, e involucre a las entidades federativas a través de sus congresos locales.
Asimismo, generar e implementar políticas públicas para apoyar a las víctimas, reparar el daño sufrido, prevenir las diversas formas de violencia y castigar a los culpables.
Gracias a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aprobada en México recientemente, se prevé llevar a cabo una política pública que sea compartida e instrumentada por estados y municipios.
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