De los 38 vendedores de cocos que tienen permiso para operar en la Laguna del Nainari, 15 han tenido que cerrar debido a las bajas ventas y para los que aún abren sus negocios, sus ventas han caído hasta un 50 por ciento, informó Raúl Enrique Vázquez Jaime.
En representación de los vendedores afectados, expuso que solicitarán al Ayuntamiento de Cajeme la reapertura al tránsito vehicular de la calle Prolongación Guerrero, convertida en andador peatonal a partir de los trabajos de modernización de la laguna.
“Que reabran, aunque sea en un solo sentido la circulación, de oriente a poniente, porque si se fijan los puestos del final están cerrados y los que se animan a abrir los fines de semana, sábado y domingo, son puras pérdidas porque no venden”, declaró el vendedor de cocos.
Añadió que también buscarán un acercamiento con autoridades del Ayuntamiento para solicitarles no se instalen franquicias de restaurantes en la plaza que se construye en el área de la laguna, donde antes se ubicaba el vivero de la Conafor, ya que esto vendrá a disminuir aun más sus ventas.
“Nunca nos tomaron en cuenta, no nos consultaron, y si meten nuevos negocios nos va perjudicar más, a pesar de que está más bonito ahora hay menos venta; nos quitan los árboles por las obras y no hay sombra, por las noches y no hay luz ni drenaje, queda inconcluso y ahora nos informan que no hay dinero para terminar”, manifestó Vázquez Jaime.
Guadalupe Leyva, también vendedor de cocos, señaló además que el proyecto original de la modernización de la Laguna del Nainari se modificó sin ser ellos informados.