Vientos de tormenta
El vendedor de leña recorre las apacibles calles de Ciudad Obregón. Su carreta se mueve al paso lento de las mulas que cumplen su labor bajo el calcinante sol de mediodía.
Es 1936 y el calor mantiene a la gente dentro de sus casas, al amparo de la sombra y el fresco que guardan las construcciones de techo alto.
Una atmósfera de somnolienta paz refleja esta imagen capturada para la serie México Fotográfico (el “MF” que aparece como firma en todas las postales de la época).
Pero detrás de esos muros imperturbables hay una inquietud que comparten los vecinos en sus pláticas. La lucha de los campesinos que reclaman un pedazo de tierra, la resistencia de los agricultores que se sienten amenazados, el gobierno de Cárdenas y su política agrarista, van subiendo el tono de las discusiones y se presiente que después de los discursos incendiarios vendrán los hechos.
Vientos de tormenta soplan en el valle y la ciudad.
Hay amenazas de cárcel, de represión física, incluyendo la muerte, para quienes andan en el movimiento agrarista. Eso no amilana a los líderes de los jornaleros que participan en el desmonte del valle y se parten el lomo trabajando a pleno sol en los campos.
Muchos de esos trabajadores ni siquiera son de aquí, vienen de la sierra donde no hace tanto calor o del Sur del país, pero igual aportan su esfuerzo al crecimiento de la riqueza agrícola que deberán compartir ellos también cuando tengan la tierra prometida por sus dirigentes.
En medio de la lucha agrarista que tiene sus propios mártires, héroes y villanos, Cajeme ve transcurrir la primera mitad de la década 1930 – 1940.
PIE DE FOTO
1936. El vendedor de leña recorre las calles de Ciudad Obregón