Un local de comida rápida en la Florida fue el escenario de una agitada discusión entre un cliente y el administrador, que terminó con este último herido de bala mientras intentaba explicar al cliente por qué no podía llevarse la cantidad de salsa picante que exigía.
La política y las armas chocaron al interno de un local de Wendy's en Miami, cuando la cajera Susan Byrob-Fimo intentó explicarle a un hombre armado que por disposiciones de la empresa el máximo de sobres de salsa picante que podía darle era de tres y no de diez como el sujeto exigía.
De la misma forma, la diplomacia demostró -una vez más- su incapacidad de detener un derramamiento de sangre, luego de que el manager del local, Renel Frage, resultara herido al intentar coinciliar con el sujeto, quien no necesitó de la salsa picante para calentar su gatillo y abrir fuego contra el empleado.
Frange fue llevado inmediatamente al hospital y atendido por los especialistas, quienes excluyeron heridas de gravedad en su hombro, el blanco elegido por este "red hot chili gunman", que confirma que más que un país armado hasta los dientes, Estados Unidos es un país armado hasta el paladar.
Y es que este caso fue más allá del cine, que pese a enseñar que "cuando el hombre con el fusil encuentra el hombre con la pistola, el hombre con la pistola es un hombre muerto", jamás nos dijo qué pasaba cuando este último encontraba al "chico de las salsas
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