En la lucha contra el comercio ambulante de la ciudad se mezclan intereses políticos de toda clase, por eso a veces parece imposible una solución.
Pero mientras las autoridades la piensan y la repiensan, los comerciantes formales también hacen de las suyas ocupando banquetas que son de uso exclusivo de los peatones.
¿Con qué derecho? Pues simplemente con el derecho que se adjudican ellos mismos para obstuir el uso de vialidades que no les pertenecen.
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