Acorde a su obsesión de convencer a los cajemenses de que fue un buen alcalde, este martes 11 Manuel Barro Borgaro adelantó su Tercer Informe de Gobierno aunque en los hechos sería el cuarto por aquella ocurrencia del Nuevo Rostro de Cajeme que al final tampoco sirvió para sus fines políticos.

Cambió la fecha para aprovechar todos los días que la Ley permite para difundir la obra pública con su voz, imagen y nombre (7 días antes y 5 después del informe) y como hay mucho que presumir, no podría promocionarse más allá del 16 de septiembre cuando el nuevo alcalde rendirá protesta.

Queda para análisis si logró sus principales compromisos que planteó primero como candidato y luego como autoridad: ser el mejor alcalde en la historia del municipio y hacer de Cajeme el mejor lugar para vivir, traducido en plazas con más concreto que áreas verdes porque “tenemos el mejor clima del mundo”. (Es en serio, lo sostuvo varias veces en público).   

En cuanto al slogan de Gobierno Ciudadano fueron solo buenas intenciones porque desde ninguna dependencia se operaron mecanismos para participar en la construcción del quehacer público. Los Compas solo fueron un brazo electoral, poco efectivo por lo visto, donde abundaron los simpatizantes del albiazul.

Y qué decir de los coqueros de la laguna que les quisieron “agandallar” sus espacios y  solo fueron tomados en cuenta cuando vino el rechazo ciudadano de reubicarlos, lo cual solo sirvió para que no los desalojaran, pues al final el dichosos parque lineal fue un ramo de promesas que no se cumplieron porque la obra no está concluida.

Alguien podría creer que fue un gobierno Austero y Eficiente cuando el problema de la recolección se agravó, el Oomapasc convirtió las calles de la ciudad en una trinchera y qué tal con el ambiente de inseguridad  por las múltiples ejecuciones, por ello la población rebautizó el slogan de Barro como el “mejor lugar para morir”.

Se resaltan montos históricos en inversión pública, pero tanto la remodelación de la laguna como la plaza Alvaro Obregón están bajo sospecha y es difícil creer que hubo un manejo Honesto y Transparente en ambos proyectos, que después de tantos cambios, los costos subieron de manera considerable.

Donde podría salvarse la gestión del empresario es en el eje Justo y Equitativo con el proyecto de eliminar las casas de cartón, que si bien ha ayudado a bastantes familias, parece no ser tantos los beneficiados como publicitan estos samaritanos aún en el gobierno, pues las cifras que manejan no cuadran.

Hace días este proyecto recibió un reconocimiento de parte de la federación y para ello el subsecretario Marco Antonio Paz Pellat afirmó la eliminación de mil casas de cartón, 500 estaban en proceso y se gestionaría los recursos para concluir otras 320 que están pendientes.

Los números del Subsecretario de la Sedesol son muy parecidos a las declaraciones del Alcalde Cajeme, sin embargo, al consultar la página de Vida Digna, elaborada para darle seguimiento al programa, se puede asegura que se han entregado 581 casas y 617  están en proceso de construcción. ¿descuido o cifras infladas?

Pero sin duda por lo que también será recordado Barro, además de naufragar en las aguas del movimiento No al Novillo, será por su empeño de convertir el Ayuntamiento en el Palacio de Pompín (¡qué bonita familia!) atestado de compadres, parientes y hermanos misioneros, evidencia y “orgullo de su nepotismo”.

No fue suficiente el voluntarismo de Manuel Barro, muy proclive a ver la “la paja en el ojo ajeno”, pero siempre carente de la autocrítica que le hubiera permitido mejorar su desempeño como gobernante no solo como gestor de negocios particulares.

De este tamaño es la farsa. Es cuanto.