Lo que Sheffield quiso decir
Jesse Sánchez / MLB.com
Viernes 08 de Junio de 2007
Arlington, Texas.- En la última edición de la revista "GQ", Gary Sheffield tocó el tema del control en el béisbol y el porqué él cree que los jugadores latinos son más fáciles de manejar...es decir, más fáciles de controlar.

Ha sido tema de controversia fuera del clubhouse desde que se dieron a conocer sus comentarios. Pero dentro del clubhouse, nunca ha sido más popular entre sus compañeros latinos.

"Sabemos que si no estamos de acuerdo con lo que ellos dicen, es 'Adiós', te vas de regreso para Dominicana'", dijo el infielder de los Tigres, Neifi Pérez. "Eso es lo que está diciendo Sheffield. Es verdad. Es más fácil controlar a un latino que a un estadounidense. Venimos aquí, jugamos béisbol y hacemos nuestro trabajo. Si haces algo en contra del béisbol, se te pone la etiqueta de mala persona y cada organización se lo cree. Eso no es nada nuevo."

Si le preguntas a los peloteros latinos, te dirán que esto es así desde hace décadas. Pregúntale a Sheffield y él te dirá que es la persona ideal para iluminar un tema viejo, pero muchas veces ignorado. Podrías decir que es su destino.

Sheffield se ve a sí mismo como un ángel, más humano que divino, pero más mensajero que atleta. Confiesa que no es nada perfecto, y que quizás estuvo mal lo que dijo, que ofendió a algunos y que en algunos momentos de su vida no ha actuado del todo bien, pero todo eso es parte de su experiencia y que lo ha hecho mejor hombre. Es guiado, dice él, por un espíritu sagrado y por hacer y decir lo que cree lo correcto.

"Sé por qué estoy aquí", dijo. "Estoy en una misión. Lo acepto. Algunos no lo aceptan, y eso está bien. Pero yo sí."

Cuando Sheffield no habla las cosas importantes, dice que le duele el alma y que tiene el corazón bien pesado. Cuando sigue al espíritu y "deja que Dios haga el trabajo", se siente libre. No tiene miedo y no ve límites y sabe que le da miedo a la gente, sobre todo gente blanca. Cuando hace algo mal o comete un error, dijo que no va a esconderse. En vez de eso, elige encararlo de frente, otra táctica que dice que le da miedo a los blancos. El hablar de los peloteros latinos no fue un error, dice él.

Es auténtico. Algunos dicen que es un bocón. Para otros da miedo.

Sheffield habla fuerte sobre lo que cree que son injusticias-como por ejemplo cómo son tratados los latinos o la falta de afro-americanos en las mayores-porque fue nacido para hacer eso, y a veces las palabras que elige y el tono que asume pone su mensaje a la interpretación. El jugar béisbol es justo el vehículo para transmitir su mensaje, dice él.

¿Y si no te gusta lo que dice? Pues nada. Tal vez eso sea bueno y quizás eso sea el punto. Él cree que cuando hablas de corazón y tratas de hacer lo correcto, las cosas salen. Quiere romper las normas y los estereotipos. Dice que habla las cosas que nadie quiere hablar, sobre todo cuando de minorías se trata. Sin dudas, no le interesa ganar un concurso de popularidad. Lo que sí le interesa es hacer que la gente piense en los temas que todo el mundo quiere ignorar.

Y si quieres ignorar lo que él dice, pues a él no le importa. Por lo menos lo intentó. No es problema de él si no quieres ver la verdad.

"Pues no es que nos puedan controlar; tal vez cuando llegamos a este país, tenemos hambre", dijo el manager de los Medias Blancas, el venezolano Ozzie Guillén.

"Estamos tratando de sobrevivir. Esos tipos firman por US$500,00 o US$1,000,000 y tienen todo resuelto. Nosotros tenemos un par de dólares. Puedes firmar a un pelotero afro-americano por el precio de 30 latinos. Hay que ver cuántos jugadores latinos se han ganado el Cy Young o el JMV en los últimos años, y cuántos han ido al Juego de Estrellas; es cantidad, pero calidad también. Vas a los campos de ligas menores y hay 100 muchachos de América Latina. Tal vez sea porque es más fácil firmarlos, y tal vez entre ellos hay mejor talento ahora mismo."

Sheffield dijo que el pintarlo como anti-latino es "cómico". En su propia forma, estaba elogiando a los latinos por llegar a las Grandes Ligas a pesar de la presión extra que tienen que confrontar dentro y fuera del terreno.

"Él tiene razón. Está diciendo la verdad. ¿Qué tiene de malo eso?", dijo el torpedero de los Tigres, el también venezolano Carlos Guillén. "La gente tiene miedo de decir lo que está pasando."

Sheffield no es un bruto. Sabe que su reputación como figura controversial no ayuda la causa. Sabe que el ser caracterizado como un hombre negro y revoltoso en los Estados Unidos tampoco ayuda. Pero, dice que si habla lo suficientemente fuerte y con la suficiente frecuencia, su mensaje, que él cree que es el mensaje de Él, llegará. No le tiene mala voluntad a los que lo han criticado y que lo pueden criticar en el futuro. Dice que "eso es otra de Dios y Él lo manejará." Cree que Dios lo castiga cuando no hace lo que le manda el corazón.

Tampoco le tiene mala voluntad al reportero de la revista "GQ", pero dejó entrever que no volverá hablar con dicha publicación. Sí dijo que todo el enfoque sobre sus comentarios supuestamente "anti-latinos" es algo de cobardes, injusto y que evita el verdadero tema de la falta de afro-americanos en las Grandes Ligas. Dice que el convertirlo en "Gary Sheffield, Enemigo Público Número Uno para los Latinos", es una ridiculez, pero eso tampoco le preocupa sobremanera.

El sensacionalismo vende, y Sheffield lo sabe muy bien. Jugó con los Yankees durante tres temporadas en Nueva York, la Ciudad del Sensacionalismo.

No está enojado con nadie. Más que nada, está indiferente. Lo que le importa es transmitir su mensaje-en este caso la falta de afro-americanos en las mayores-y arreglar el problema. Y tiene otros temas que quiere tocar en el futuro. El próximo son los esteroides. Dice que fue la primera persona en confrontar ese tema y que se ofreció para ser parte del equipo para investigar el problema. Aún espera una llamada de la liga. No se sabe si dicha llama llegará, pero si no, esto también está bien para Sheffield. Puede seguir adelante. Sheffield cuenta la historia de cuando Nike lo dejó libre cuando el mismo Michael Jordan le pidió que se uniera a esa línea.

"Dijeron, 'no vas a usar nuestro zapato y el de él tampoco'", dijo Sheffield. "Michael me lo pidió. No fui con él."

La propia marca de zapatillas de Sheffield, SG3, saldrá al mercado pronto. Al fin y al cabo, Sheffield cree que lo más seguro es que se le valorará más cuando esté en el retiro, y haya hecho una diferencia dentro y fuera del terreno. Dice que él habla por los que no pueden hablar por sí mismo y que tienen miedo de hablar. Agrega que lo tiene todo, pero insiste que no tiene nada que perder.

"Ahora que he ganado tanto dinero, ¿se supone que me tengo que callar y ser feliz?", preguntó Sheffield. "No. Así no son las cosas."

Y no, tampoco le preocupa el Salón de la Fama.

"Primer boleto, segundo boleto, lo que sea", dijo. "No importa eso. Realmente no me importa. No me completa."

A esta altura de su carrera, los motivos personales de Sheffield tienen poco que ver con el béisbol, y mucho que ver con los temas que rodean el béisbol. Ha hablado sobre la falta de afro-americanos en las mayores, y sin intentarlo, iluminó otro tema de los latinos. Sin dudas, estará otra vez expresando sus opiniones bien pronto.

Te guste o no. Está fuera de su control, y tiene la aprobación de sus compañeros.
 
 

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