Del 27 de mayo al 10 de junio en París se reúnen los mejores tenistas del mundo para disputar el torneo Roland Garros.
Nacido en 1891 como una competición masculina nacional, el emblemático certamen se jugó inicialmente sobre la superficie de césped del Racing Club de Francia y el Stade Francais.
Los extranjeros debieron esperar hasta 1925 para irrumpir en el torneo galo, que tres años después adoptó el nombre de Roland Garros, un piloto galo, héroe de la Primera Guerra Mundial y aficionado al deporte blanco.
Para esa edición, los organizadores decidieron construir un nuevo estadio en el barrio parisino de Porte d'Auteuil, donde los "Cuatro Mosqueteros" del tenis francés: René Lacoste, Henri Cochet, Jean Borotra y Jacques Brugnon, defendieron el título de la Copa Davis.
Con la llegada de la era profesional en 1968, comenzaron las constantes ampliaciones y reestructuración de las instalaciones, un tanto limitadas por la falta de fondos.
En 1979 se inauguró la sala Village con dos mil metros cuadrados, donde los 17 patrocinadores oficiales de la lid exponen sus productos, y una campaña después la cancha número uno, que permitió añadir cuatro mil 500 sillas al complejo.
Más tarde se erigió la pista Suzanne Lenglen, en homenaje a esa tenista francesa ganadora de seis títulos en la década de los 20 del pasado siglo, y se reinauguró la central en el 2000, para llegar a los 399 mil espectadores.
Grandes luminarias del tenis mundial han brillado en la historia del Roland Garros, el único de los cuatro Grand Slam que actualmente se juega sobre superficie de arcilla.
En los primeros certámenes con presencia internacional descollaron, además de Lenglen, sus compatriotas Cochet y Lacoste, estos dos últimos se repartirían la corona hasta 1932.
Luego el australiano John Crawford, el británico Fred Perry, el estadounidense Donald Budge y el alemán Gottfried Von Cramm quebrarían el dominio galo en los años 30.
Superada la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos y australianos asumirían el protagonismo con Margar |