Apuntes
Hugo Vargas
Domingo 17 de Junio de 2007
Qué cosas tiene la vida Mariana… Qué cosas… Resulta que ahora que Hugo Sánchez fue ungido como seleccionador nacional del fútbol soccer profesional, la hinchada mexicana se desgarró el corazón confiado en que, ahora sí, México saldría del subdesarrollo ratonífero.

Cómo soñaron con triunfos prometidos por el “Pichichi” Sánchez, quien traía como antecedentes las acres críticas que había realizado, cuando otros habían osado dirigir lo que él consideraba que era suyo; sin embargo, del dicho al hecho hay un gran trecho y los futbolistas de antaño deben estar revolcándose de dolor por ver el ridículo de la selección nacional.

Ahora que está la Copa de Oro, en donde países de Concacaf participan, e históricamente México era el invencible de la zona, se observa la misma mediocridad del futbolista mexicano. Sistemas obsoletos, ritmo de juego conformistas, ineficiencia para anotar goles y eso que ahora traen jugadores que han trascendido fronteras.

Todo ha quedado en eso. México con gran dificultad acaba de clasificar para semifinales sin demostrar nada. Muy aplicable aquello de “en la tierra de ciegos el tuerto es rey”.

Es evidente que a los dueños de los equipos la selección nacional les importa poco. Interesan sus intereses particulares, aunado a los porcentajes que obtienen por concepto de televisión. Y ya que hablamos de televisión es triste ver el chantaje que ejercen sobre el televidente al narrar los juegos.

Imagínese, amigo lector, que no hubiese televisión y volvamos cuando los cronistas de radio narraban los eventos. Tenían que ser auténticos profesionales para plasmar ante los ojos de los radioescuchas, vía el sonido, qué estaba sucediendo en el campo de juego, para así involucrar a los fanáticos.

Eso es historia. Ahora la televisión ha sido la gran mercenaria teniendo como ejemplo a Televisa cuando tenía contubernio con el partido en el poder: el PRI.

Y de nueva cuenta, qué lejos sigue estando el fútbol mexicano de las potencias como Brasil, Argentina y por qué no decirlo, de los países europeos.

Y es que base, entiéndase fuerzas inferiores, no reciben el apoyo que deben tener. Por ejemplo, esos muchachos que ganaron un campeonato mundial hace uno o dos años. En lugar de conservarlos unidos, los intereses y comercialización se encargaron de desbaratar un gran proyecto.

Qué lejos está aquel trabajo que hicieron hace décadas con un equipo formado por Hugo Sánchez, Eduardo Rergis y otros más, que fueron cuidados y moldeados para hacer verdaderos futbolistas… Pero eso es historia. Hoy es la historia del poder y el dinero.

Por eso amigo lector, ante el ridículo que está haciendo la selección en la Copa de Oro resulta más interesante presenciar un encuentro en el Centro Deportivo, en donde fuera de poses y exhibiciones, los muchachos se dedican a su función principal: jugar fútbol.

Ojalá alguna vez los intereses de los poderosos comprendan que no todo es vivir de la comercialización, sino que hay otros valores más importantes para la sociedad mexicana.

Taekwondo
En contrapartida se observa la labor que realizan en el TaeKwonDo con un grupo de jovencitos con necesidades especiales, cuando en los eventos que se realizan para cambiar de grados (cintas), éstos jovencitos incapacitados ponen vida, alma y corazón para demostrar que ellos también son parte de una sociedad que los rechaza por su condición.

Hace unos días fui espectador de una situación como le platico. Ellos integrados con alrededor de 100 taekwondoíes junto con padres de familia, estos jovencitos dieron una demostración de sus cualidades, presentando a una maestra que con cariño, paciencia y prestancia los dirige para llamarlos: Sus campeones.

Qué gran diferencia entre los que ganan dinero como los futbolistas mediocres mexicanos que están sobrevaluados, y deportistas con necesidades especiales que no buscan reconocimientos u honores, solamente el practicar un deporte por el afán de hacerlo y para superarse en la sociedad en que se desenvuelven.

Dos vidas diametralmente opuestas: los unos alabados por la fuerza del dinero y el envilecimiento de las crónicas y la televisión; y otros, prácticamente desconocidos, que son verdaderos campeones pues han de luchar con problemas como parálisis cerebral, autismo, síndrome de Down, entre otros, para demostrar que también forman parte de una sociedad cajemense.

Ud. tiene la palabra amigo lector…
 
 

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