Primero fueron la gran novedad del futbol mexicano, con sus cantos y esa forma peculiar de apoyar a sus equipos.
No transcurrió mucho tiempo para que pasaran a los pleitos con los rivales. Hoy, ya se reportan heridos tanto con arma blanca, como con arma de fuego.
Son las barras del futbol mexicano que, a comparación de su símil en Argentina, hasta parecen inocentes.
La violencia de estos grupos crece en proporción al desinterés de la Femexfut por el tema. A la fecha, no hay en el organismo quien se encargue específicamente de este asunto, pues todo se constriñe a esfuerzos individuales de los equipos y las autoridades locales.
Tampoco se retomó lo que ya se había avanzado en esa tema durante la administración de Alberto de la Torre, quien designó a Alberto Reyes como jefe del departamento de logística y seguridad de la FMF.
Reyes Santa es quizá la persona que más sabe del funcionamiento de las barras en México, pues mantuvo contacto con los principales grupos en todo el país e incluso, a la fecha, barristas que vienen a Guadalajara a apoyar a sus equipos, mantienen contacto con Alberto ya sea para información sobre a quién dirigirse al llegar a la ciudad, o simplemente saludarle.
— ¿Cómo trabajaste el tema de las barras?
— Creo que se hizo algo muy importante que fueron los congresos de barras. El primero fue antes de que llegáramos, pero se le dio continuidad y eso fue fundamental para detectarlos, conocerlos. Hubo uno más en Zapopan y otro en Acapulco donde incluso se habló de formar una asociación civil. Fue muy importante conocerlos y escucharlos; incluso arreglábamos conflictos como el robo de trapos (mantas), cosa que hoy, eso se arregla a golpes en la siguiente visita del equipo ofendido u ofensor.
— ¿Cuáles son las más peligrosas?
— Habría que clasificarlos por su filosofía, o la cantidad de gente que manejan. Las barras de Pumas son muy numerosas y aparte su filosofía es “yo voy a apoyar a mi equipo, pero a la primera provocación voy a reaccionar violentamente”. A La Barra 51 se les cuelan muchachos que no tienen nada que ver con ellos y que son los que causan los desmanes. La Barra Libres y Lokos escogen un partido del calendario para hacer lo que ellos llaman la visita masiva, y una de esas visitas causó muchos problemas en Guadalajara. Pero también hay clubes que trabajan muy bien, como Chivas, que tiene credencializados a sus barristas, con un control muy estricto y sanciones internas muy fuertes.
— ¿Llegaron a detectar delincuentes dentro de las barras?
— En Monterrey tuvimos muy buena coordinación con la policía local. Teníamos un banco de datos donde detectamos gente que recurrentemente cometía ilícitos. Teníamos nuestro álbum, lo repartíamos a la policía, y si encontrábamos a ese joven en la fila para entrar al estadio no se le permitía el acceso. Hoy ya es necesario que se coordinen seguridad privada, policías municipales y clubes.
— ¿Está bien legislado este tema?
— Ése es otro de los asuntos que tendríamos que ventilar, en países de Europa, por ejemplo, se tipifica como delito grave aventar una botella a la cancha, pero esto va más allá. Aquí, cuando un barrista comete una falta administrativa, la policía, cuando mucho, lo retira del lugar, rara vez los remiten y cuando lo hacen, muchas veces pasa que llegan, pagan su multa, y hasta alcanzan a regresar al estadio.
Sin embargo, Reyes Santa admite aciertos de la nueva administración. “Algo muy importante que hizo Decio de María fue la restricción para ingresar las mantas, o trapos como ellos le llaman; los trapos son insignias y robarse un trapo para luego sacarlo durante un partido, detonaba mucha violencia.
De momento, los incidentes entre barristas rivales e incluso del mismo grupo no se han registrado muertes por riñas ni en el interior de algún estadio, ni en los perímetros de los cosos, y tampoco en hechos registrados en los trayectos a los cotejos que tengan que ver con enfrentamientos.
“Se han vuelto más violentos”
Las policías municipales de Guadalajara y Zapopan, que resguardan los estadios Jaliscos y Omnilife, respectivamente, coinciden en que los barristas cada vez son más problemáticos.
Antonio Munguía, comandante del Grupo Lobos y encargado de custudiar el Estadio Jalisco, relata que los problemas comienzan prácticamente desde que las barras visitantes llegan a la caseta de Zapotlanejo. “Ya cuando los recibimos en las casetas viene drogados y alterados. Nuestra función es controlarlos desde que llegan, hasta que los llevamos a la salida de Guadalajara”.
Munguía reconoce que, de momento, no le ha tocado decomisar pistolas. “Armas de fuego no hemos localizado, por lo general la revisión se hace en compañía de un representante de su autobús, puede ser el dirigente de la barra o el mismo chofer, y se les aseguran botellas de vidrio, latas, galones de alcohol, navajas y puntas que puedan traer”.
En la policía de Zapopan opinan igual. “Creo que se ha vuelto más violento por parte de algunos equipos, de momento es controlable, faltarían sanciones más severas para inhibir este tipo de delitos”, aseguró el comandante Jorge Mercado, encargado del operativo de seguridad del Estadio Omnilife.
Las manchas
Incidentes más lamentables
Luto en América
Febrero de 2008: Julio César, barrista de La Monumental, muere al golpearse con la pared del túnel de Vallarta e Inglaterra.
La muerte del “Acople”
Enero de 2009: fallece Víctor “El Acople” Vázquez, de la Barra 51 del Atlas, tras caer mientras bailaba y cantaba con el cuerpo fuera del autobús en movimiento.
Pierde el ojo
Enero de 2003: Sergio Pérez, de la Legión 1908 de Chivas, perdió el ojo izquierdo al estallar un petardo en el Jalisco.
Líder amputado
Marzo de 1999: Rolando González, líder de la Perra Brava del Toluca, perdió la mano derecha al estallarle un cohetón.