El cambio de los comandantes
Jorge de la Vara
Miércoles 27 de Junio de 2007
El relevo de mandos en las corporaciones policiacas federales, ordenado esta semana por Genaro García Luna, puso de manifiesto las debilidades del sistema de seguridad implementado por los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Con la promesa de limpiar las corruptas instituciones de seguridad que heredaron de los gobiernos priístas, los panistas crearon la Agencia Federal de Investigaciones y la Policía Federal Preventiva que, se dijo, se integrarían con jóvenes profesionistas no contaminados por la corrupción.

En noviembre de 2001, García Luna, director de la Policía Judicial Federal, transformó esa institución en la AFI, entidad dependiente de la Procuraduría General de la República, que entonces estaba a cargo del general Rafael Macedo de la Concha. Pero el relevo actual de todos los mandos evidencia lo que ya era un secreto a voces: la corrupción también penetró en los altos mandos de las corporaciones recién creadas.

Y de manera simultánea la opinión pública descubre profundas diferencias entre el Ejército mexicano y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), que al parecer no se ponen de acuerdo en la lucha contra el crimen organizado, o cuando menos se tienen desconfianza mutua.

Se habla incluso de pequeñas desavenencias entre el Ejército mexicano, encabezado por el general Guillermo Galván Galván, y la SSP de Genaro García Luna.

Un reportaje de Anabel Hernández (Indigo 28) menciona las resistencias entre ambas instituciones para trabajar en operativos conjuntos contra el narco.

La SSP se queja de que en los retenes instalados por el Ejército los militares detienen a elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y los desnudan para verificar si sus uniformes son falsos, menciona el reportaje.

En tanto, el general de División Sergio Aponte Polito, mejor conocido como “El Terror de los Narcopolicías”, entra en confrontación con García Luna debido a la detención que hizo el Ejército de siete elementos de la PFP en Mexicali por presunta protección al paso de droga.

La batalla es campal, asegura el reportaje y recuerda que en muchos de los actos de la delincuencia organizada de los últimos meses, han sido detectados uniformes de la AFI –los cuales se dice que son falsos– y también armamento.

Fuentes cercanas a García Luna comentan que en los retenes militares ha comenzado a ocurrir un fenómeno que está irritando sobremanera al secretario de Seguridad Pública. Señalan que, utilizando el argumento de los uniformes clonados, falsos, los militares de los retenes están deteniendo a personal de la AFI y supuestamente les quitan la ropa para verificar que no sean agentes piratas.

“¿Qué va a pasar cuando no se quieran detener o no se quieran encuerar?”, cuestionó una de las fuentes consultadas por Reporte Índigo.

Por disciplina, los militares obedecen las órdenes de su comandante supremo, aunque no haya presupuesto suficiente para desempeñar el nuevo papel que les toca jugar.

Por eso, el relevo de los comandantes fue visto como una orden dictada tal vez desde la Presidencia de la República, o una rectificación a tiempo de García Luna antes de que las corporaciones queden con una imagen peor de la que tenían sus antecedentes de la época priísta.
 
 

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