La oprobiosa concentración de la riqueza (2)
Jaime Mondragón
Martes 26 de Marzo de 2013

ESCRITORIO ECONÓMICO

Como es fácil suponer,  el desarrollo adecuado del tema requiere de algunas precisiones básicas.  Le prometo que las introduciré con la oportunidad conveniente para que usted tenga una comprensión mejor del escrito.  Por de pronto,  voy con la primer precisión:  Si se habla o escribe sobre la Riqueza,  no puede evadirse el trato de su correlato dramático,  la Pobreza.   No puede entenderse la noche sin nociones de lo que es el día.  Lo bello es lo opuesto de lo feo.  Blanco es contrario al negro.

La definición de Pobreza es elusiva,  por las muchas definiciones que hay y por los sentidos que las diversas organizaciones y gobiernos nacionales le confieren al extendido e indeseable fenómeno social.  De inicio, la Pobreza se establece necesariamente por comparación y ello implica  realizar mediciones.  En este delicado tema no se puede ser maniqueo y decir con simpleza que hay ricos y pobres. 

En cada una de las categorías (ricos y pobres)  hay diferentes grados:  hay personas ricas,  muy ricas y súper ricas (los billonarios).  En los mismos términos relativos el presidente Vicente Fox declaró que hay personas pobres,  muy pobres y  "jodidas".  Respecto a esta última clasificación de mal gusto  le aclaro que no es broma.  Existen autorizadas evidencias de este exabrupto del inquieto y locuaz político guanajuatense.

¿Como podemos establecer el nivel de riqueza de los ricos?  Sin duda es una pregunta que muchas personas nos hacemos por diferentes motivos de envidia y morbo.  Según la definición del experto en desigualdad Sir Anthony Atkinson, de la Universidad de Oxford (Inglaterra), se puede definir a los ricos (millonarios) como las personas cuyo patrimonio equivale a 30 veces el ingreso medio per cápita de un país.  Este investigador supone que una tasa media de retorno del 3.5% anual le generaría intereses iguales al ingreso promedio per cápita.  Traducción:  el rico puede vivir de los intereses bancarios que le produce su patrimonio con un nivel estándar (o promedio) de vida.

El mismo autor inglés considera como “muy ricos” (multimillonarios) a quienes tienen un patrimonio equivalente a 30 x 30 veces el ingreso medio;  es decir,  aquellos que pueden vivir de los “intereses de los intereses”.
Por su parte los “súper-ricos” (o billonarios) son quienes tienen un patrimonio equivalente a 30 x 30 x 30 veces el ingreso medio per cápita.  Las personas clasificadas en esta última clasificación de Atkinson corresponden aproximadamente a los billonarios incluidos en la célebre lista de la revista Forbes y en la cual,  por démeritos propios,  no estamos ni usted ni yo,  mi querido lector.

Ya entrados en confianza,  lector:  ¿me permite una pregunta muy atrevida?  Si acaso es usted persona de fortuna y bajo la propuesta de clasificación expuesta  ¿es usted rico,  muy rico o billonario?  Cuénteme,  que su secreto está a salvo conmigo porque mis amigos son muy discretos.

En lo que a los pobres respecta,  hay gente que está en la Pobreza y otros que están en Pobreza extrema.  La Línea que los divide es tan sutil que muchos analistas la desdibujan con inusitada y sospechada frecuencia.
POBREZA en los términos más simples que pude encontrar en la literatura especializada se define como:  

1: " una situación o forma de vida que surge por la carencia absoluta o relativa de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable";  

2: " la falta absoluta o relativa de recursos (dinero) para poder acceder a los satisfactores de las necesidades humanas fundamentales"; 

y  3: "Cuando no es posible cubrir las necesidades incluidas en la canasta básica de alimentos".  

Una aclaración que es muy importante para el tema:  La situación persistente de pobreza se denomina pauperismo. Esta es una característica de los países subdesarrollados. O regiones internas de países desarrollados.

Con respecto a las definiciones de LÍNEA DE LA POBREZA (LP) hay muchas que son utilitaristas y encubren o minimizan la intensidad del drama humano de gran parte de la población del mundo.  A reserva de tratar el tema con mayor amplitud en próximos ESCRITORIOS ECONÓMICOS,  les adelanto ahora unas definiciones prácticas de la Línea de la Pobreza:  :  1.-  El Banco Mundial usa la medida de ingreso de 2 dólares estadounidenses al día como LP   2.-  La ONU identifica la LP con  "Una canasta básica con los bienes necesarios para vivir a un nivel mínimo socialmente aceptable".

Como es fácil imaginar, en las metodologías de la medición de la pobreza  se encuentran las diferencias, algunas abismales e inaceptables,  en las apreciaciones del problema.

Cuando se mide la POBREZA, hay que establecer si se trata de Pobreza Absoluta o Pobreza Relativa.  Un caso muy curioso y útil para este análisis:  según algunos analistas de la pobreza,  ésta es relativa dependiendo del contexto social.  Basándonos en este supuesto, la medida de la Pobreza relativa de los Estados Unidos de Norteaméríca se obtiene al comparar la participación del 80% de la población en la riqueza total, con la participación del 20% de la población más rica. 

En este caso el número de personas contadas como pobres  ha crecido aceleradamente en los años de las 4 últimas Administraciones federales (los dos Bush, Clinton y el actual presidente Obama), aunque me permito citar que Thomas L. Friedman y William Mandelbaum sostienen en su libro IT USED TO BE US que la gran embestida de la pobreza en los EUA inicia con la presidencia de Ronald Reagan.  ¿Coincidencia o destino fatal?  Con este presidente inicia también en los EUA y luego en el mundo,  la economía Neoliberal y globalizadora.

Si continuamos el ejemplo, el indicador de pobreza se torna inmoral y socioeconómicamente insoportable cuando relacionamos la participación de ese 80% de la población gringa contra la parte que se apropia la elite de los super ricos (billonarios) que constituyen el atómico 0.01% de la población,  representado este infinitesimal porcentaje por apenas 15 mil familias muy linajudas de los EUA.

¿Cómo se mide la concentración del ingreso y la riqueza en los países?  Esta es sin duda,  una pregunta fundamental y oportuna para los propósitos de este ESCRITORIO ECONÓMICO y los próximos escritos.  Bueno,  la metodología más conocida y utilizada se basa en un indicador estadístico,  el  Coeficiente de Gini,  que luego de arrojar sus datos permite dibujar la Curva de Lorenz.  Stos dos elementos estadísticos se los explico en los términos más gruesos y simples: 

El coeficiente o índice de Gini es una magnitud que mide la desigualdad en los ingresos de los individuos.  El valor ideal del índice es 0 (cero),  que implica igualdad máxima (en otros términos:  No hay desigualdad);  y su contrario, 1 (uno),  representa la desigualdad extrema.  En el primer caso,  todos ganaríamos la misma cantidad de dinero.  En el segundo caso,  una persona se apropiaría de todo. 

Por razones obvias,  el índice fluctúa entre 0 y 1 y por tanto,  mientras más alto es y se aproxima a 1,  la desigualdad es mayor.  La información necesaria para obtener el índice de Gini proviene de los Censos o Encuestas de Ingreso que realiza el gobierno o instituciones de investigación económica y/o social.  Una aclaración muy importante:  los estudios y consecuentemente el índice de Gini (de concentración), dependen de la CALIDAD de la información de los Censos y Encuestas.  O de como se maneje esta información que regularmente es confidencial.

Le advierto,  lector,  que los índices (coeficientes)  de Gini obtenidos de las Encuestas de las hogares (el INEGI levanta periódicamente en México la Encuesta Nacional de ingreso y Gasto de los Hogares,  conocida como ENIGH) suelen ignorar sistemáticamente los ingresos superiores,  lo que lleva a conclusiones erróneas de la desigualdad prevaleciente en los países.  

Si estos aspectos se depuraran,  el índice de Gini sería notablemente superior y con ello caeríamos en la cuenta de la desigualdad real y su comportamiento en el tiempo.  La mala noticia es que las tendencias de concentración (desigualdad) para la mayor parte de los países del mundo son crecientes y han generado tensiones (desempleo y  pobreza,  entre otros indicadores negativos) que se manifiestan en condiciones socioeconómicas de inseguridad alarmantes.

Le deseo,  estimado lector,  una Semana Santa de grandes satisfacciones familiares y lo invito a que siga conmigo en el análisis de este apasionante tema.

 
 

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