Oslo. - Aunque hace mucho tiempo ya que se apagaron las hogueras en Europa, las brujas siguen siendo pasto de las llamas en algunos países donde son perseguidas, un tema sobre el que eminentes catedráticos se devanan los sesos esta semana en Noruega.
En la pequeña ciudad ártica de Vardoe, que pasó a la historia por ser uno de los lugares de la caza de brujas del siglo XVII, unos sesenta expertos internacionales examinan meticulosamente desde este jueves hasta el sábado los pormenores de la brujería y su percepción en las sociedades antiguas y contemporáneas.
"Las brujas o las personas sospechosas de serlo ya no son perseguidas" en Europa, "pero aún lo son corrientemente en Africa, México, India, Indonesia y Malasia", explicó uno de los organizadores de la conferencia, el historiador Rune Blix Hagen de la universidad de Tromsoe, en el norte de Noruega.
"En estos países, se han quemado más brujas en los últimos 50 años que en Europa" en los siglos XVI y XVII, cuando las vidas de 50.000 personas se extinguieron en las hogueras, agregó.
Hoy, al igual que ayer, las presuntas hechiceras son con frecuencia chivos expiatorios a los que la sociedad acusa de las desgracias, enfermedades, desapariciones, naufragios, malas cosechas, calamidades y accidentes de todo tipo.
En la República Democrática del Congo, según los responsables de organizaciones no gubernamentales, miles de niños minusválidos o seropositivos, a quienes algunos individuos que dicen ser pastores de iglesias pentecostales llaman niños brujos, acaban abandonados en las calles, o incluso asesinados.
"El principal motivo es la ignorancia, la necesidad de encontrar una cabeza de turco", afirma Riitta Leinonen, otra organizadora de la conferencia.
"En Africa, son sobre todo las mujeres y los niños los más expuestos a estos juicios por brujería. Los hombres son menos vulnerables por su estatus social más sólido", agregó.
Mientras en estas latitudes parece ganar terreno la caza de brujas, en algunos países occidentales la brujería va viento en popa.
Como prueba de ello se puede mencionar la relativa popularidad de que goza en Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá la Wicca, una filosofía neopagana que tiene sus orígenes en el chamanismo y el druidismo.
"Aquellos que practican actualmente la brujería en Occidente estiman que perpetúan una cierta forma de arte que estaba en vías de desaparecer. Se focalizan en la magia positiva o en las técnicas curativas", explica el profesor Hagen.
Más allá del restrictivo círculo de los wiccans, la brujería está bien vista, entre otras cosas, por los libros de la escritora JK Rowling que relatan las aventuras del aprendiz de brujo Harry Potter, quien profana unas prácticas hasta entonces esotéricas.
De todo ello y mucho más hablarán los expertos estadounidenses, británicos, australianos, alemanes y de los países nórdicos en su conferencia de Vardoe.
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