Realidad de Cajeme y Sonora
Javier García Pándura
Jueves 02 de Mayo de 2013

Mi realidad empezó cuando en 1971 terminé mi carrera de economía en la UdeG y regresé a mi terruño, Cd. Obregón. Ahí tuve la suerte de conocer a mi primer maestro  fuera de la universidad, el Ing. Jorge Pérez de la Peña - de grandes recuerdos -, quien me invitó a colaborar con él en Canacintra.

Después de tantos años de ausencia -quince-, me di cuenta que la ciudad obviamente había crecido: mayor población, más negocios, pero casi todos de los mismos giros, es decir, la ciudad o el municipio mejor dicho, había crecido pero no desarrollado. Seguía en el mismo estatus: agricultura y comercio básicamente y una incipiente agroindustria molinera en manos de gente de fuera.

Justifiqué el hecho por falta de conocimiento de los empresarios locales, pero me dije a mí mismo: "cuando los hijos de los empresarios de mi generación, retomen los negocios familiares, con los estudios universitarios que han llevado, le darán el giro empresarial necesario a toda la zona del Valle del Yaqui".

Poco después siguiendo mis aspiraciones cambié de domicilio a Hermosillo y posteriormente a Mexicali, para regresar nuevamente a Hermosillo.

Después de más de veinte años de ausencia,  regreso a mi ciudad de origen en visita familiar, al recorrer la ciudad busco los cafés de moda en aquella época para ver a los viejos empresarios, que tarde con tarde sólo hablaban de los créditos agrícolas, de las toneladas por hectárea, etc., pero ¡oh sorpresa!, ya no estaban ellos, estaban sus hijos, ¡aquéllos de mi esperanza!, los que creí firmemente que tranformarían nuestra tierra, pero no, hablaban como sus padres; de hectáreas,toneladas, pick ups, contando fantasías más grandes que las de los cazadores. Esta relidad no es exclusiva del Valle del Yaqui, creo que es de casi todo el estado.

En mi época de estudiante universitario, la gente hablaba admirada de sonora, de su agricultura, de sus bellas mujeres, de las ciudades bien trazadas y limpias, de la franqueza del sonorense, de la carne , etc., realmente veíamos a los otros estados inferiores al nuestro, indebidamente.

En los últimos años me he tragado mis decepciones al ver el desarrollo de Sinaloa, Baja California, Querétaro, San Luis Potosí, Aguas Calientes, etc., hoy no podemos comparar, menos competir. ¿Por qué?

1. No hemos logrado formar un líder verdadero que contenga todos los requisitos y cualidades morales que esto conlleva: arraigo, visión, preparación, conocimiento del estado, honestidad, carácter y VOLUNTAD política, para encauzar y enfrentar a un estado bronco, inculto y apático.

2. Actualmente somos el patito feo del barrio por sobradas razones, entre ellas: el conformismo político, la abulia y desdén del sonorense, la apatía a la participación que indique esfuerzode lo cual se deriva, que no quiere perder su estatus sea cual fuere y, se ha convertido en soberano comodino dependiente.

3. Una muestra más dolorosa de nuestra imagen al exterior, es que somos el estado de los gordos, con el primer lugar en diabetes y obesidad en México, y a nivel mundial, México ocupa un honroso segundo lugar, pero pronto ocuparemos el liderato, ¡faltaba más! Qué nos dice todo ello: Irresponsabilidad social, política y familiar; igual a falta de educación.

4. En estas claras alusiones a la personalidad de los sonorenses, se une por obviedad la personalidad  de nuestros gobernantes, los cuales algunos de ellos han manifestado -entre líneas-, "que en tierra de ciegos..." además ninguno de ellos cuando menos los últimos tres, se ha preocupado por abatir la insolvencia magisterial, reduciendo los niveles de mala escritura, la cual transmiten o contagian a nuestros niños. Ésta, es la base primaria de la educación, y la EDUCACIÓN ES DESARROLLO, aquí, en China, en Tumbuctú, en Hanoi, en Vícam, etc.

5. El empresariado sonorense - como tú dices -, no se ha subido a la ola, cuando menos la mayoría, es por ello que en la entidad hasta hace ocho años de las 15 principales empresas instaladas en Sonora, ninguna tiene capital sonorense, tal vez hoy sean más. ¡Dónde está la capitalización de los empresarios? Es pregunta capciosa, que conste.

6.  ¿Qué somos como estado? Seguimos siendo un estado agrícola y ganadero, viviendo de precios de garantía y subsidios. También somos un estado maquilador que no deja más que sueldos, ¿y el valor agregado? ¿Qué pasaría si  éstos se retiran por crisis u otras razones, como ha sucedido y sucede en otras partes?

Insistiré en mi premisa: Necesitamos revolucionar, para poder evolucionar.

 
 

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