Un día más sin agua en Pueblo Yaqui y el Campo 16 es un día más de molestias y en muchos casos de sufrimiento.
Para las mujeres que deben cocinar y no tienen el elemento esencial, para los cuerpos que acumulan calor y no hay manera de refrescarse, para los vecinos que no soportan la pestilencia de las letrinas, para los pobres que no pueden comprar agua potable...
Es tiempo de calor, el sol parte la piel y los labios resecos de los vecinos. La imaginación también se acelera y no falta quien opine que esto se debe a la lucha por el acueducto Independencia.
Unos opinan a favor, otros en contra. Algunos son indiferentes.
Pero en todos ellos la molestia inicial ha pasado a convertirse en un sufrimiento de 24 horas que no puede mitigarse con los escasos baldes que llenan con el agua repartida por las pipas municipales.
"Y mala, malísima, no se puede tomar", asegura una vecina del Campo 16 quien asegura estar harta de tomar refrescos azucarados y el agua que llevan las pipas.
En comundiades como éstas pueden faltar muchas cosas, pero nunca el fresco aliciente de un chorro de agua potable. Pero también les falta eso.
Mientras las cuadrillas del Oomapasc trabajan incansablemente día y noche por reparar los daños en las líneas de suministro.
No se escatiman esfuerzos, los trabajadores van y vienen con herramientas y materiales de reparación.
El Oomapasc había anunciado que para hoy se reestablecería el suministro, sin embargo surgieron otros imprevistos. Ahora sigue intentando cumplir su cometido.
Pero ni la buena voluntad ni el reparto de las pipas alcanzan para mitigar la desesperación de estas comunidades que en plena temporada de calor se han quedado sin el recurso más importante para la vida diaria.