Mutilado de la pierna y el brazo izquierdos, visiblemente dañado de sus facultades mentales por el alcohol, un indigente que vive atado a la silla de ruedas trató de robar una botellita de licor en el super Ley de la calle Miguel Alemán.
Su aspecto astroso no pasó inadvertido para los clientes y mucho menos para los vigilantes del super quienes lo siguieron con la vista desde que entró hasta que salió.
Al pasar por el detector de seguridad sonó la alarma y los vigilantes que ya lo esperaban, acompañados de un policía, no batallaron para encontrar la botella que el hombre llevaba entre la espalda y la silla.
Aunque rogó para que no lo condujeran a los separos policiacos, sus súplicas no valieron y fue subido a la patrulla.