El instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) llama a evitar la quema de gavilla a como dé lugar, pues ocasiona daños a la salud, deteriora la fertilidad del suelo y reduce el rendimiento en los cultivos.
“Estas prácticas perjudican el suelo ya que esa paja o materia orgánica quemada es el elemento con el que podemos alimentar nuestras tierras”, argumentó Juan Manuel Cortés Jiménez, investigador del Campo Experimental Norman E. Borlaug (CENEB).
Al quemar gavilla, posiblemente los daños no se manifiesten de manera notoria en el primer año, sin embargo, dentro de tres años en adelante será evidente una reducción en el rendimiento de más una tonelada por hectárea en el caso del trigo, por ejemplo.
Si bien los productores que optan por quemar los residuos se pueden ahorrar un rastreo que cuesta 400 pesos por hectárea, al quemar los residuos se pierden a la atmósfera 60 unidades de nitrógeno que tienen un costo de 720 pesos por hectárea.
No obstante, el especialista en suelos destacó que uno de los impactos más graves que se deben considerar al realizar estas prácticas son los problemas generados a la salud, ya que pueden ser irreversibles, así como las repercusiones globales ocasionadas por las emisiones de gases de efecto invernadero.
El investigador afirmó que ya existen soluciones agronómicas para sembrar sobre los residuos de cosecha sin ningún problema utilizando las sembradoras adecuadas, por lo que realizó una invitación a nombre de INIFAP para que el agricultor incorpore técnicas de manejo sostenible de suelos.