Tranquilo y rodeado de atenciones descansa en una cama del Hospital General el niño yaqui Diego Joel Valencia Butimiea (3), sin saber que a su alrededor se teje una maraña informativa que involucra a un médico y remueve los enconos generados por la lucha contra el acueducto Independencia.

El pasado fin de semana Diego estaba en su casa, en Tórim, cuando sufrió accidentalmente la quebradura de un hueso del brazo izquierdo. Como es natural, su madre lo tomó en los brazos y lo trajo al Hospital General de Ciudad Obregón.

En el área de Urgencias fue atendido por personal médico que le colocó una férula en el brazo quebrado para que lo tuviera inmovilizado mientras llegaba el lunes, cuando sería objeto de una revisión más cuidadosa por parte de alguno de los especialistas.

Así, el lunes de esta semana regresó Diego al Hospital acompañado de su madre, Rosa Amelia Valencia Buitimea; cuando los hicieron pasar con el traumatólogo, éste les dijo que por ser yaquis y tener bloqueada la carretera no los iba a atender.

Pero dicho esto, enseguida le revisó la férula y comentó a la mamá que tal vez no sería necesaria la operación si el hueso soldaba solo, como era de esperarse.

Sin embargo las palabras iniciales del médico, una broma de mal gusto sin duda, fueron tomadas en serio por la madre quien denunció el hecho a través de un medio de comunicación.

A partir de allí y en el ambiente crispado que se vive en el entorno regional por el tema del acueducto, no faltó quien difundiera la versión de un supuesto proceder institucional por parte de las autoridades del Hospital que se negarían a atender a gente de la etnia yaqui como represalia por el bloqueo carretero en Vícam.

La versión crece y se difunde en otros medios y en redes sociales creando un artificio informativo que muchos dan como un hecho consumado.

Sin embargo este jueves Diego descansa en una cama del Hospital, acompañado siempre por su madre, y en espera de la cirugía a la que será sometido para corregir el problema del brazo.

El pronóstico es favorable, salvo los imponderables que tienen todas las cirugías, pero alrededor de este caso que deberá tener una conclusión feliz se generan ya acusaciones y sospechas de todo tipo.

Todo por una broma de mal gusto.