Ante miles de manifestantes en la avenida Juárez y calles aledañas de la ciudad de México, Manual López Obrador reiteró la necesidad de defender el petróleo.
“Es una mentira que Pemex esté en quiebra. Esta empresa es una de las más rentables del mundo Lo que buscan estos ambiciosos y enfermos de codicia es entregar a la iniciativa privada nacional e internacional el 50% de utilidades de la extracción producción, refinación, transporte y venta del petróleo mexicano", afirmó.
Antes de la intervención de López Obrador, participó Jesusa Rodríguez, quien manifestó "lo absurdo de la política de este régimen en donde los ladrones nos dan clases de moral y los ignorantes son quienes manejan la educación en México".
Convocó a unificar al país en una propuesta que no permite más atropellos a los trabajadores de México y evite la privatización de las ganancias petroleras.
Por su parte la investigadora universitaria Claudia Sheinbaum realizó un recuento de los atropellos del gobierno actual en contra de los trabajadores y lo que llamóa las falacias en la propuesta de Peña Nieto sobre la reforma energética.
Esta iniciativa, dijo, no busca el beneficio del país sino de una minorías nacionales y extranjeras a quienes no les interesa el bienestar público. Terminó su discurso con una cita de Don Jesús Silva Herzog en 1940. “Un pueblo no conquista sus derechos pidiendo, sino luchando con decisión. Por eso aquí estamos para mejorar nuestras condiciones de vida” y le gente empezó a gritar "¡Aquí estamos para evitar otro atropello más!"
Damián Alcázar en un discurso rimado preguntó a los diputados y senadores, como es que si quienes les pagamos somos nosotros, no defienden nuestros derechos sino sólo se conforman con levantar el dedo “como bobos”, aprobando reformas que nada tienen que ver con el beneficio de quien les paga.
Martí Batres defendió la tesis de que el neoliberalismo nosprometió una mejoría si privatizábamos. Desde 1983 el país se ha metido en una carrera de privatización. Y los mexicanos no hemos podido ver sino hambre, desempleo, injusticia y más violencia.
Entre las empresas que se han privatizado mencionó a Ferrocarriles, El ejido, las minas de oro, plata y cobre; Teléfonos de México, compañías azucareras, líneas aéreas, refinerías y cientos de empresas más.
Sin embargo, la economía no ha crecido. La privatizació ha demostrado ser un fracaso. Ahora nos quieren convencer que si privatizamos el petróleo vamos a mejorar.