¿Qué le pasó a los Yaquis en la primera vuelta de esta temporada? ¿Por qué después de la gloria del tricampeonato caen ahora al fondo de la tabla, en un frío sótano de donde deberán saltar al primero o segundo lugar para pasar a la postemporada?
A estas preguntas inquietantes para los aficionados, se ha respondido con dos hipótesis igual de inquietantes. La primera habla de un equipo muy mermado por las lesiones, y la segunda refiere problemas internos entre equipo y directivos.
La primer respuesta es la más lógica: El equipo tuvo en la primera vuelta jugadores clave lesionados, como Iker Franco, Alfredo Amézaga y Douglas Clark, que por no ser muy jovencitos que digamos, están expuestos a mayores riesgos de lesiones.
Aunado a esto destaca el rendimiento por debajo de su promedio normal de jugadores importantes como Karim García y Carlos "Chapis" Valencia. Y el de lanzadores como David Reyes, que no es el mismo pitcher cortante de la temporada anterior.
Si a esto se suma la baja temporal del Bárbaro Cañizares, quien dejó al equipo por dos semanas, y las bajas de dos pitchers importantes en el tricampeonato, como el "Choco" Navarro y Luis Ignacio Ayala, pues entonces es fácil entender el pobre rendimiento del equipo, su falta de bateo y pitcheo consistente al no tener al mismo nivel de la campaña anterior a la mayoría de sus jugadores clave.
Esto debería ser suficiente para entender la debacle inicial de los Yaquis, y esperar la recuperación física y mental de los jugadores mencionados para que el tricampeón vuelva a su nivel y se apodere del primero o segundo lugar de la vuelta que está por empezar y a la que podríamos denominar "segunda y última llamada".
Pero las razones aparentes, deportivas, no satisfacen la curiosidad de los aficionados y se rumora con insistencia de otro factor decisivo en esta baja de los Yaquis. Dichos rumores apuntan hacia un distanciamiento entre la directiva y los jugadores, pues éstos no están conformes con el supuesto pago atrasado de incentivos que se les prometieron si ganaban el tercer título al hilo.
Nadie tiene pruebas para afirmar lo anterior, pero la sospecha ronda y se alimenta con las declaraciones y consecuente veto de los pitchers Choco Navarro y Luis Ignacio Ayala quienes refieren incumplimiento de los acuerdos económicos entre directiva y jugadores.
Esta versión se cruza con el aparente desinterés del Grupo Modelo por sus equipos deportivos, desinterés que lo lleva a deshacerse de franquicias exitosas como el equipo de futbol Santos y éste de los Yaquis.
A los nuevos dueños del Grupo Modelo, se ha dicho, no les interesa invertir en imagen pública a través del patrocinio del deporte. Su objetivo es vender y vender cerveza, nada más.
Así, en medio de este ambiente algo tenso y presionado por la necesidad de apoderarse a como dé lugar del primero o segundo lugar de la tabla, así inician los Yaquis la segunda vuelta.
Ahora falta calar la entrega de los aficioandos, quienes deben responder como lo hicieron en el pasado, cuando todo era triunfos y gloria. Ahora, en la época de "vacas flacas", los aficionados deben acudir al estadio a demostrar que su pasión por los Yaquis no fue una demostración pasada de moda.