San Diego, California.- Barry Bonds abanicó, dio algunos pasos y aplaudió. Sin rastros de una sonrisa pero con un sólido toletazo para desmentir a los escépticos empató el sábado el récord de Hank Aaron.
El vuelacercas de 755 llegó a las gradas del jardín izquierdo, y Bonds se quedó a uno de convertirse en el nuevo poseedor de la marca.
El comisionado Bud Selig se puso de pie y colocó las manos en los bolsillos mientras la familia de Bonds se abrazaba y chocaba las palmas en señal de triunfo. Cuando Bonds cruzó el plato, alzó a su hijo Nikolai, que recoge los bates, y lo cargó algunos pasos en un abrazo.
La multitud del Petco Park se puso de pie y lo vitoreó, con algunos abucheos mezclados, cuando el toletero de San Francisco pegó su cuadrangular ante Clay Hensley en el segundo inning. Varios aficionados sostuvieron carteles que tenían un asterisco.
Bonds fue abucheado cuando se dirigió al jardín izquierdo al concluir el capítulo.
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