Luego de la campaña interna del PAN, lo que quedará de relieve es que tanto en el grupo de Cordero-Oliva como en el de Madero-Anaya el sello de la casa es la corrupción.
La contienda ha desprestigiado las siglas PAN; en tanto que cada contendiente se ha empeñado en mostrar la cara oscura de los grupos de poder al interior del partido. Y la manera en que desde los altos cargos de gobierno y las alianzas políticas con el PRI, los panistas se han enriquecido de manera ilícita y han beneficiado, no a la democracia del país, sino a ellos mismos, a amigos y familiares.
Ernesto Cordero y su grupo que dirige desde las tinieblas el ex presidente de México Felipe Calderón, ha sido acusado por su contrincante de malversación de fondos públicos, realizar acciones fraudulentas y beneficiar a familiares y amigos.
Principalmente durante su paso por las Secretarías de Desarrollo Social y de Hacienda y Crédito Público en el gobierno calderonista; y a su grupo se le ha acusado de robo a la nación a través de contratos en PEMEX, donde la joya mayor es el caso de Oceonografía.
Gustavo Madero
En el otro extremo, Gustavo Madero, que como presidente nacional del PAN se le acusó de negociar con el gobierno federal votos en el Congreso para las “reformas estructurales” a cambio de recompensas económicas y cargos públicos a negociar, por un lado.
Y por otro, con su grupo de legisladores afines, condicionar el presupuesto federal a los presidentes municipales a cambio del 10 por ciento de las asignaciones; chantaje realizado a los alcaldes a través del coordinador parlamentario Alberto Villarreal en la Cámara de Diputados.
Los destinos perdidos del PAN
Un cochinero el que han exhibido los panistas en la contienda interna para ganar la simpatía de la militancia azul, la que decidirá este domingo 18 de mayo quien es el elegido para guiar los destinos perdidos del PAN.
Desde luego que como militante de a pie no hay a cuál irle. Mientras que como beneficiado de cada grupo, cada cual votará por su candidato benefactor.
Lamentablemente para la incipiente democracia en México hemos visto que en unos años el PAN ha pasado de ser una “oposición responsable” desde su fundación en 1939; a una cueva de ladrones, a partir de su ascenso al poder en 1992 en Chihuahua, con Francisco Barrio como primer gobernador del PAN; hasta nuestros días, en que el PAN representa la segunda fuerza política del país.
Angélica Beltrán / Política en Movimiento
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