CARTAS CIUDADANAS

Estimado(a) Candidato(a) a la presidencia municipal:

Cuando se publique este ESCRITORIO ECONÓMICO tú serás todavía un(a) precandidato(a).  Lo tengo claro y sin embargo, me anticipo a tu nominación como Candidato(a) oficial de tu Partido Político a la presidencia municipal para dirigirte mis escritos.

No serán pocas las CARTAS CIUDADANAS y quizá algunas de ellas podrán malinterpretarse. Pero este es un riesgo menor e inevitable cuando se ejerce la obligación ética (deontología ciudadana) de involucrarse en la Res Publica, que así llamaban los romanos a los asuntos públicos, a la Administración pública.

¿Sabes que los griegos en la Polis llamaban Idiotés a los ciudadanos que se resistían a participar en las funciones públicas? Obviamente, no quiero que se me califique con este despectivo nombre y para evitarlo te haré conocer mis opiniones respecto a la entidad municipal que quizá te toque administrar.

Mi honrosa calidad de ciudadano habitante de este municipio me obliga  a  expresarte mis preocupaciones y propuestas sobre nuestro entorno local. Por cierto: la Ley obliga a todos los ciudadanos a hacerlo, no nada más a mí. Por lo que invito a que muchos ciudadanos abandonen su pesimismo y desgano cívico y sumen sus comentarios, propuestas y exigencias de gobierno a los míos.

Toma nota, Candidato(a), que al referirme a ¨entorno local¨ implico todos los ámbitos de nuestra realidad inmediata: la economía, la sociedad, la política, el medio ambiente y la ecología (que no son lo mismo), la moral y la ética (que tampoco son lo mismo) y demás temas igual de importantes.  

Quiero expresarte que en todos estos ámbitos hay un descontento generalizado de la población respecto a la situación que presentan. Obviamente, desde el punto de vista ciudadano, esta situación indeseada es producto de la mala, insuficiente o deficiente actuación de los gobiernos que hemos tenido en este municipio, el estado y el país.

Sufrimos los ciudadanos el serio retroceso que nuestro municipio, estado y país padece en prácticamente todos los ámbitos mencionados. Te manifiesto con desencanto  que la pérdida de Calidad de Vida en nuestro municipio es un proceso ininterrumpido de más de 30 años. Y no podría ser de otra manera cuando todo el país ha retrocedido sistemáticamente en las tres últimas décadas, aunque esta situación nacional no debe utilizarse en descargo de las fallas políticas y administrativas locales.

Este retroceso, o estancamiento en el mejor de los casos, nadie lo puede negar ¿acaso no lo sufres tú? ¿no lo padece también tu familia? ¿no te preocupa?

Permíteme aclararte algo de una buena vez, para que no sudes tinta: en las CARTAS CIUDADANAS no se juzgará alguna Administración en lo particular, ni se enjuiciará a nadie. En última instancia, del lamentable fracaso somos responsables los ciudadanos por 1) haber elegido a representantes y gobernantes sin las debidas credenciales 2) por no haberlos metido en cintura oportunamente y 3) por no haberlos encausado legalmente, cuando los casos así lo ameritaban.

La verdad es que los ciudadanos dejamos hacer cosas que nos trajeron al punto calamitoso en que estamos. Esta omisión e indolencia ciudadanas no debemos repetirlas en el futuro para evitar que nuestros hijos y nietos nos hagan después un reclamo todavía mayor y más justificado.

Siendo honestos,  les hemos complicado horriblemente la vida a nuestros hijos y por ello una gran cantidad de nuestros jóvenes abandonan su municipio y familias para buscar acomodo económico en otras partes del país o del extranjero, porque no tienen opciones dignas en su propia tierra. Como dicen los auténticos representantes de nuestro pueblo: ¨Van a cantar las rancheras en otras tierras¨

Déjame insistir en que los ciudadanos estamos insatisfechos y alarmados por nuestra situación general, la que se ha deteriorado sistemáticamente desde hace más de treinta años.

Hay una especie de consenso de que estas consecuencias que vienen del pasado tienen hipotecado el presente y hay temor muy bien fundado de que puedan cancelarnos el futuro deseable. O cuando menos, nos lo pueden complicar. 

¿Tienes hijos y/o hijas, Candidato(a)? Imagino que sí y ojalá que ejerzas una paternidad (maternidad) responsable para que estas palabras, las de los párrafos anteriores, las sientas en el corazón y no solamente las remitas al entendimiento.

Identificar adecuadamente los elementos principales de la problemática que nos abruma en el presente y que se proyecta ominosamente hacia el futuro, es la tarea que debemos emprender urgente y conjuntamente, la sociedad y su gobierno. Por cierto: Conjuntamente quiere decir Juntos.

No malinterpretes mi franqueza, Candidato(a). Lo que he de decir no te acusa pero sí te alude en tu calidad de político(a) y abanderado(a) de un Partido. Fíjate bien: los habitantes de este municipio, como los mexicanos todos, en una inmensa mayoría muy preocupante desconfiamos de los Partidos Políticos, de los políticos y de los gobernantes. Peor aún: tenemos una baja credibilidad en las instituciones.

Quiero atraer tu atención a las expresiones ¨los gobernantes¨ y ¨las instituciones¨: ¿Te fijas que no escribí nuestros gobernantes y nuestras instituciones? Claro que debieran ser nuestras …   pero no lo son porque no las sentimos así. Punto.

Para dar validez a mi declaración anterior, te remito a la Encuesta Mitofsky de abril de este año, que sitúa a los Partidos Políticos en la última posición en el “Índice de Confianza Ciudadana”. A esa indigna posición siguen los Diputados, los Sindicatos y los Senadores. Pero te repito: los más desconfiables son los Partidos Políticos.

Muy grave ¿no es cierto?. Y es que ¿sabes cuánto dinero nos cuestan los Partidos Políticos a los ciudadanos? ¿tienes idea de lo mucho que se podría hacer en favor de las necesidades más básicas de la población con la enorme cantidad de dinero que se malgasta en Partidos Políticos y en Campañas Políticas que ningún mexicano aprueba? Piénsalo, para que seas prudente en los Gastos de tu Campaña, la que nosotros habremos de pagar. Involuntariamente, por cierto.  

Te presento otra estadística, obtenida de la primera página del periódico EL FINANCIERO del 4 de marzo de este año: ¨94% de mexicanos comparte algo: no militan en partido alguno¨. Esta nota periodística establece que ¨Únicamente el 5.9 por ciento de los 84.6 millones en el padrón electoral actual es miembro de alguno de los siete partidos políticos con registro¨

¡Siete Partidos, cuando no se requieren o justifican más que tres, según los resultados electorales de los últimos 30 años! ¿Cuántos miles de millones de pesos al año nos cuestan a los ciudadanos 4 Partidos políticos innecesarios?

Los datos que te presento explican y justifican, la renuencia de la gente a votar. El abstencionismo, que ronda el 60% en todas las elecciones, no es gratuito: es la respuesta genuina y civilizada de la ciudadanía a los procesos electorales tan desaseados y discutidos que hemos tenido desde hace muchísimos años.

Por cierto: ¿sabes qué nuestras elecciones son las más caras del continente y quizá del mundo? El costo de cada voto emitido es escandalosa e inadmisiblemente alto.

En palabras muy francas: hay rechazo ciudadano a los políticos, sus procesos y Partidos por motivos de corrupción y hartazgo que nadie puede ocultar, justificar o negar. Y por supuesto, esta situación habrá de complicar muchísimo tu Campaña hacia la Presidencia municipal. La neta, Candidato(a): Qué panorama ciudadano y político tan complicado se te presenta.

Pero no te desanimes, que este peliagudo asunto tiene solución y una parte importantísima de la solución radica en que te ganes la confianza de los electores. Nada más y nada menos. Casi una Misión Imposible, por los agravios que los Partidos, los políticos y los gobernantes nos han infligido a los ciudadanos. Contrario a lo que los políticos piensan o desprecian, el pueblo sí tiene memoria y voz. No te equivoques, Candidato(a): vox populi, vox Dei.

Hasta la siguiente CARTA CIUDADANA, Candidato(a), en que te comentaré algunas cuestiones interesantes sobre el “Programa de Gobierno Municipal”. 

ESCRITORIO ECONÓMICO
M.N.I. Jaime E. Mondragón M.