Calle Sonora, 1928
Sergio Anaya
Lunes 20 de Agosto de 2007
Desde el Hotel Tecate el fotógrafo captó la imagen de una ciudad que crecía todos los días con la construcción de edificios en sus calles céntricas.

Finalizaba la década de los veinte, Álvaro Obregón había sido asesinado dos años atrás y su nombre quedaba para esta ciudad a la que los vecinos seguirían llamándole Cajeme durante varios años.

Primero en las calles aledañas a la estación del ferrocarril y enseguida en las que se abrieron un poco más al Poniente, los establecimientos comerciales brotaban como hongos y en las nuevas calles aparecían hombres y mujeres recién llegados de otras regiones. Cargaban con el recuerdo de sus pueblos de origen y con la esperanza que habían encontrado en este Valle donde tenían trabajo y un futuro promisorio.

Una ciudad en crecimiento, como lo testimonia la imagen que captó el fotógrado mirando hacia el edificio que se contruía en la esquina de Sonora y Guerrero, cerca de donde ya estaba instalada la imprenta de la Gaceta del Pacífico de Leo Rosenfeld.

En el baldío que aparece en la acera Oriente estuvieron años después varios negocios comerciales, como la casa de regalos Lozano cuyo edificio está hoy en ruinas.
Unos metros al Sur por la misma acera Juan García instaló la óptica que hasta la fecha sigue allí, administrada ahora por su hijo Juan Manuel, prestigiado oftalmólogo.
 
 

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