Dos de los carteles más poderosos de México, los Caballeros Templarios y los Zetas, se han convertido en verdaderas empresas criminales internacionales con "portafolios" de actividades que van más allá del tráfico de drogas.
Hace poco, el superdelegado presidencial para Michoacán, Alfredo Castillo, dijo a la agencia de noticias Associated Press que las drogas dejaron de ser la principal fuente de ingresos de los Caballeros Templarios.
Ahora, por extraño que suene, reciben más de la venta de mineral de hierro.
Y aunque -como lo destaca AP- se trata de la primera vez que el gobierno mexicano dice esto de un cartel, es lo que por mucho tiempo han sostenido expertos sobre los Zetas: que su negocio más lucrativo no es el narcotráfico.
Una franquicia
Es lo que argumenta, por ejemplo, el profesor estadounidense George Grayson, autor de "All the executioners men" (Todos los hombres del verdugo), sobre los Zetas.
En diversas ocasiones Grayson ha dicho a BBC Mundo que esta organización no ha sido realmente grande en el tema del tráfico de narcóticos y depende de otras actividades para mantener su formidable maquinaria de guerra.
Algo parecido asegura el periodista Ricardo Ravelo, quien ha escrito varios libros sobre este cartel, el último de ellos "Zetas, la franquicia criminal".
Según Ravelo, además de ser la organización más violenta -fueron lo que introdujeron la práctica de la decapitación en México- es la más diversificada del país.
Se calcula que los Zetas practican alrededor de 25 actividades criminales diferentes.
Así las desglosa para BBC Mundo Roberto Arnaud, consultor en seguridad nacional, análisis estratégico y crimen organizado:
"Entre las actividades ilícitas que llevan a cabo adicionales al narcotráfico están la venta de hidrocarburos extraídos ilegalmente, secuestros y extorsiones, trata de personas, cobro de cuotas a sectores productivos (minería, agricultura, ganadería, sindicatos) y funcionarios públicos, cobro de cuotas a otros grupos criminales, venta de bienes en penales, administración de giros negros, venta de armas, venta de vehículos robados, cobro por tránsito a transportistas y migrantes, y venta de contrabando".
Según Arnaud, las entradas diferentes al narcotráfico representan al menos la mitad de los ingresos de los Zetas.
"Quizás la actividad que más rentas le genera después del narcotráfico es la venta de combustible robado -mucho del cual es vendido a empresas estadounidenses legítimas. Esta actividad ha tenido un incremento exponencial en los últimos años".
Y proporciona cifras: "tan sólo en 2013 el valor del combustible robado fue de $784 millones de dólares".
"Coincidentemente, este ilícito se concentra en entidades en las que Los Zetas tienen una presencia extendida -Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco- por lo que podemos suponer que en buena medida son responsables de la expansión de esta actividad y tienen una participación preponderante en las ganancias totales".
Mineral de hierro
Sólo este mes, las autoridades mexicanas han decomisado 168.000 toneladas de mineral de hierro obtenidas de manera ilegal, parte de ellas ya embarcadas.
Se presume que estos cargamentos -valorados en varios millones de dólares- pertenecen al cartel de los Caballeros Templarios.
Roberto Arnaud asegura que "los Templarios controlaban toda la cadena productiva de la explotación del hierro -Michoacán es el primer productor nacional de este mineral".
"Primero ayudaron a propietarios de áreas mineras a establecer minas ilegales a cambio de un pago por cada tonelada extraída; el transporte del mineral se hacía forzosamente en camiones propiedad de los Templarios o con organizaciones de transportistas que les pagaban cuotas".
El experto agrega que los cargamentos pasaban por la aduana sin problemas porque "los agentes estaban en la nómina del cartel".