CD. DE MÉXICO.- La defensa de México será una de las pocas que presente la base de cinco jugadores.
Para ello, Miguel Herrera confía plenamente en sus laterales Miguel Layún y Paul Aguilar, que le dieron un gran rendimiento en el América.
Sobre sus pulmones recaerá la espiritualidad del equilibrio entre defensa y ofensiva.
Las laterales también pueden ser cubiertas por Andrés Guardado o Miguel Ponce que entró de última hora por la lesión de Juan Carlos Medina.
El Tricolor deberá tener una gran flexibilidad y corazón para no ser tomado por sorpresa en su zona baja.
La formación de cinco defensores no se estila en el futbol europeo porque varios entrenadores creen que se pierde un mediocamposta en lugar de ganar solidez por las bandas. Sin embargo, instruido por Ricardo La Volpe en este sentido, Herrera es un adoctrinado de jugar con cinco defensores.
Aprendió a poner énfasis en sus laterales, pero solventa los problemas con un líbero de experiencia.
En este tenor, Rafael Márquez llevará la voz de liderato en cada jugada apoyado seguramente en su heredero Héctor Moreno, uno de los grandes talentos que tiene esta selección.
La tercia central se podría conformar con Diego Reyes, quien es de los favoritos de Herrera desde que le dio continuidad en el América “y es uno de los que más adelantado tiene el sistema de juego que queremos. Estoy convencido de que Reyes es de quien espero mucho y al que necesito pedirle menos”, afirmó el técnico nacional.
De cualquier modo, en los entrenamientos previos al Mundial, Miguel Herrera puso a prueba la línea de cuatro defensores.
“Tenemos que estar preparados para lo que venga en el Mundial y, si es necesario, cambiar la forma en que tenemos de jugar”, advirtió.
La situación especial es para Francisco Javier Maza Rodríguez, otro de los jugadores incondicionales de Herrera que se ganó su confianza.
Rodríguez ha estado en el ojo de huracán desde que regresó del futbol europeo, donde tuvo experiencias en Holanda y Alemania. Pero al arribar al futbol mexicano ha acarreado dudas e incertidumbre condimentadas por sus desplantes a los aficionados.
Su lugar no es seguro, aunque su experiencia desde 2006 le pueda sacar a flote, porque sabe hacer recorridos y tiende a ir bien por arriba, pero no goza de las mejores cualidades a la hora de salir de los problemas.
Todos ellos se vieron correspondidos por la ayuda de Carlos Salcido. Fue el hombre que más minutos jugó en el proceso eliminatorio con 3 mil 177, pero desde el 10 de septiembre, cuando el Tricolor perdió en su visita a Estados Unidos en el momento más crítico de la fase de eliminación en la Concacaf, no jugaba para el equipo mexicano.
“De Salcido no tenemos que poner nada a prueba. Es un hombre de gran experiencia que puede jugar en diferentes posiciones en el campo”, dijo Herrera.
Salcido pasó de ser lateral a central y después a contención. Además, sabe hacer muy bien de guía en el grupo.