De presencia impecable -traje, camisa blanca y corbata-, Samuel Moreno Terán se mueve con confianza en el escenario donde su imagen personal es reforzada por la imagen virtual de la pantalla gigante que lo acompaña.
Habla con aplomo pero de memoria, como si se hubiera aprendido el discruso "de machete"; habla de prisa, sin tropiezos y con énfasis estudiado en las frases que debe subrayar.
Ante el numeros público que lo acompaña, incluida la plana mayor de los priistas cajemenses, Samuel Moreno se desenvuelve como uno de esos gurús de la autoayuda que venden bien sus conferencias.
Pero el diputado Moreno no está aquí para proponerle la autoyuda a los demás sino para él mismo; quiere ser Gobernador y está en un evento de su precampaña, ilegal por cierto pero que disfraza con el mote demagógico de "informe legislativo".
Derrocha oratoria, enumera logros legislativos suficientes para creer que es un "superdiputado". Sólo así podría entenderse como le alcanza el sueldo para hacer el gasto multimillonario de su precamapaña electoral.
Porque él no cobra a los que vienen a verlo, por el contrario, les paga. La mayoría del público, señoras humildes de todas las edades, la mayoría; algunas acompañadas de hijos; gente pobre, en extrema pobreza muchos, todos ellos están aquí por alguna recompensa, soportando el intenso calor de un espacio cerrado a las cinco de la tarde.
Unss dicen que las líderezas de las colonias les dieron cien pesos por estar aquí; otros vinieron por la promesa de algo, tal vez una ayuda para resolver un problema de salud. Lo que sea es bueno.
Y alrededor del salón de eventos, el "Gales" de la No Reelección, esperana los camiones estacionados en la calle Michoacá o en la Galeana. Que no se vea el "acarreo". Son doce camiones los que han traído a la gente de las colonias más pobres de la ciudad.
¿Cuánto le costó esto al diputado local Samuel Moreno Terán? El costo del evento se suma al de los gigantescos carteles o "espectaculares" instalados en varios puntos de la ciudad. Más la inversión en la publicidad difundida a través de varios medios. Más el costo del equipamiento tecnológico y el pago al numeroso grupo de ayudantes. Más...
Un derroche insultante de dinero para lograr el posicionamiento de un precandidato más. Y así seguiremos viendo estas exhibiciones ostentosas de poder entre los precandidatos a la gubernatura. Los que vienen del PRI y, por ahora, uno del PAN, Javier Gándara, que para eso del derroche tampoco se queda atrás.