Gándara, el modernizador de Cd. Obregón
Sergio Anaya
Domingo 20 de Julio de 2014

Considerado por muchos como el mejor presidente municipal que ha tenido Cajeme, René Gándara Romo impulsó obras públicas que le dieron a Ciudad Obregón la imagen de modernidad que la distinguió durante varias décadas.

Su desempeño como alcalde fue en el período 1955 – 1958.

Nacido en Ures el 23 de febrero de 1906, llegó a esta ciudad en 1938 procedente de la capital del país para hacerse cargo de una empresa distribuidora de maquinaria agrícola que manejaba, entre otras, la marca Minneapolis.

En esa época Ciudad Obregón contaba apenas con 10 mil habitantes, aproximadamente, y su fisonomía era la de un pueblo en constante crecimiento gracias a la riqueza agrícola del Valle del Yaqui donde empezabana formarse los núcleos de población ejidal que conformaban un importante mercado para el comercio local.


Signos de prosperidad

Este proceso de expansión de la economía agrícola tuvo su punto más alto en la década de los cincuenta con la apertura de la presa del Oviáchic y la consecuente ampliación de la superficie de siembra, la introducción de tecnología en la agricultura regional, políticas crediticias que favorecían a este sector y precios favorables.

Para 1955 Cajeme era ya el municipio sonorense con mayor pujanza económica, por encima incluso de Hermosillo.

En este contexto de crecimiento, Ciudad Obregón debía modernizarse para estar a tono con la imagen de prosperidad que irradiaba el Valle del Yaqui.

El primer paso para transformar al “pueblote de Cajeme” en una ciudad moderna y funcional lo había dado Rodolfo Elías Calles quien asumió la presidencia municipal en 1952 e inició una obra indispensable: la introducción de drenaje y el sistema de agua potable.

Hasta entonces la ciudad carecía de este servicio elemental. Los barriqueros que vendían agua en sus carretas de mulas y las fosas sépticas al fondo de los terrenos eran parte de la vida cotidiana.

Con la introducción del drenaje y el agua potable se dio un paso importante que habría de retomar y ampliar René Gándara al asumir su cargo en 1955.

La modernización urbana estaba en marcha y continuó al instalarse un funcional sistema de alumbrado público que habría de sustitutir a los arbotantes instalados en las calles de la ciudad.


El pavimento

Pero sin duda la obra que coronó este proceso fue la pavimentación del primer cuadro de la ciudad (que entonces era casi toda la ciudad). Muchas anécdotas se cuentan acerca de esta obra, la más conocida habla de un joyero de apellido Dueñas que se negaba a pagar por adelantado su cuota correspondiente.

Cuando un empleado del Ayuntamiento fue a cobrarle, Dueñas se negó exigiendo que primero pasara el presidente municipal a pagar el reloj que le debía.
Gándara se apersonó con el joyero para preguntarle “¿cuál reloj?”, y éste le contestó “¿cuál pavimento?”

La resistencia de Dueñas fue un hecho aislado porque la gran mayoría de los beneficiarios aportaron con gusto la parte que les tocaba.

Con la pavimentación del primer cuadro cambió el rostro de la ciudad que, desde entonces se convirtió en la más moderna, limpia y funcional del Noroeste, orgullo de los cajemenses, admiración de propios y extraños.

Como complemento de su administración, Gándara impulsó la creación de un paseo campestre que estuviera al alcance de todas las familias cajemenses.

Con ese propósito se construyó la Laguna del Náinari en el terreno más apropiado, allí donde se formaba un lago natural con las aguas de lluvia que fluían desde el oriente de la ciudad.

No fue fácil la construcción de la Laguna, sobre todo por la resistencia del propietario de estos terrenos, Oscar Leite, quien se negaba a venderlos a un precio razonable, pero a fuerza de presiones, dicen, tuvo que acceder.

Con estas obras, René Gándara Romo transformó a Ciudad Obregón, pero su calidad como “mejor presidente municipal de Cajeme” no se debió solo a la obra material.

También jugó un papel importante el área de policía y tránsito, hoy conocida como seguridad pública municipal, área que dejó en manos del comandante Arturo Merino, a quien también se recuerda como “el mejor jefe de policía”.

Debido a presiones políticas, René Gándara Romo no pudo concluir su período, tuvo que renunciar dos meses antes, pero eso no impidió que hasta la fecha se le reconozca como el mejor presidente municipal que ha tenido Cajeme.

Falleció el 3 de octubre de 1986.

 
 

Copyright © 2006-2024. Todos los Derechos Reservados
InfoCajeme
www.infocajeme.com