El exceso de vendedores ambulantes alrededor del Hospital General pone en riesgo la salud de quienes los pacientes y familiares que acuden a esta institución, afirmó Alejandro Silva Muñoz al justificar el desalojo de los vendedores de esa área.

"Ni se actúa por caprichos ni hay cacería de brujas ante los vendedores ambulantes del Hospital General sino que sencillamente hay que poner orden y regular sanitariamente la venta de alimentos en esa zona", declaró el director de Inspección y Vigilancia.

Si bien hay plena conciencia de las necesidades económicas de los vendedores, dijo, también la Dirección del Hospital General ha solicitado verificar cuánto se apegan esas personas a los reglamentos de comercio en vía pública y los del renglón sanitario.

El caso no es para alarmarse, declaró, pues aún se está en proceso de notificar a quienes carecen de permisos que se regularicen pero en una zona donde no interrumpan accesos ni la vía pública, muchos menos caigan en pugnas comerciales con quienes tienen permisos o mayor antigüedad en el lugar.

Ya se han acercado algunas personas a asesorarse y se han ido satisfechas de la solicitud para que busquen una alternativa dónde expender de manera adecuada sus productos, declaró, pues el gobierno de Rogelio Díaz Brown Ramsburgh es de puertas abiertas y de diálogo permanente.

De cualquier modo, sostuvo, se verificará caso por caso junto con la Dirección del Hospital General y Regulación Sanitaria para que haya una solución satisfactoria en este caso que involucra a 30 vendedores, algunos de los cuales tienen hasta 20 años en el sitio.

Las facultades de Inspección y Vigilancia sobre los vendedores ambulantes incluyen la vía pública, calles o banquetas, mientras que al interior del Hospital General, en sus estacionamientos y áreas comunes, corresponde a la seguridad privada del nosocomio y es por ello que las autoridades hospitalarias buscaron la coordinación en este tema, precisó.