Cierto, El PRI está sobrado de aspirantes a la candidatura por Cajeme, todos ellos con perfil y siembra política y social; mientras que el PAN carece, en su padrón, de personajes capaces de garantizar el triunfo, salvo Chuy Félix
Bernardo Elenes Habas
La alcaldía de Cajeme, representa un espacio estratégico para los partidos, especialmente para los grupos de poder.
Es, por supuesto, el segundo municipio más importante de la Entidad; pero también, los acontecimientos sociales que han diseminado un creciente germen de odio sembrado por el Gobierno del Estado durante los últimos cuatro años, con raíz en el agua, le confieren un valor especial porque representa prácticamente al sur, y los operadores políticos tienen cierto que si no se logra el equilibrio de los principios y la sensibilidad de los sonorenses a través de la armonía, haciendo prevalecer la buena voluntad y disposición de las familias, todo mando, toda directriz, toda intención política sospechosamente egoísta, estará incompleta.
Por eso el PRI, le está apostando con todo, a conservar Cajeme y a ampliar sus fortalezas hacia Hermosillo. Pero lo mismo intenta el PAN, aunque, hasta ahora, sin un manejo inteligente de sus cartas.
Es notorio como en el municipio asoma el interés de varios aspirantes priístas buscando relevar a Rogelio Díaz Brown en el mando. Entre ellos, hasta hoy los más promocionados son Faustino Félix Chávez y Abel Murrieta Gutiérrez, sin embargo brotan otros nombres, estos, ciertamente de mujeres, como los de Rosario Oroz Ibarra y Teresita Caraveo Galindo, asimismo del empresario Rodrigo Bours, de quien dicen tiene el apoyo no de Ricardo, sino del ex gobernador Eduardo Bours Castelo.
Pero también se menciona a Adrián Manjarrez, Raúl Acosta Tapia, Juan Leyva Mendívil, todos ellos con perfil y huella política probada, lo que demuestra que el Revolucionario Institucional posee cartas no solamente para la alcaldía, sino para conformar la planilla municipal y la plataforma de diputaciones locales y la federal, donde, se comenta, podrían entrar un grupo de empresarios exitosos que le apuestan al progreso de Cajeme, como Arturo Knapp Ramos, Regino Angulo Rodríguez, José Enrique Guerra Fourcade, Carlos Lares Ponce, Gustavo Cárdenas García.
Cierto, el gran peligro que se cierne sobre el tricolor y su padrón de aspirantes, es que las cofradías entren en conflictos a la hora de las negociaciones y reparto de oportunidades, de tal manera que se desataría la temida lucha de PRI contra PRI, guerra interna que -la historia lo demuestra-, los desgastaría seriamente.
Por el contrario, en el PAN se carece de activos que puedan enfrentar a a los integrantes de la máquina poderosa que perfilaría el PRI, porque las figuras más notorias que posee sufren un desgaste natural debido a sus trayectorias erráticas, careciendo, por ende, de la verdadera simpatía popular. Tal es el caso de Luis Alberto Plascencia, sin huella profunda y desdibujado en el imprescindible contacto con los dueños de los votos, a pesar de que aprovecha su cargo en la Secretaría de Desarrollo Social del Estado.
Otra alternativa azul sería Francisco Villanueva Salazar, pero su salto del PRI al PAN es todavía muy reciente, y la ciudadanía no olvida ese hecho; como no olvida la forma en que pretendió engañar al electorado para conservar la candidatura por una diputación local, diciendo que vivía de tiempo completo en la casa de su señora madre. Y ante ese tipo de actos de mala fe, la gente cree a pie juntillas en el axioma de que quien miente una vez lo seguirá haciendo. También se promueve Rodrigo Ramírez Rivera, no obstante su postulación sólo serviría para incrementar sus galardones de derrotas.
Ellos serían, pues, los ases que guarda Juan Valencia Durazo, y por supuesto el panista número uno de Sonora, Guillermo Padrés, para jugarse la alcaldía en Cajeme; olvidando con esa actitud, al único personaje capaz de dar la batalla y hasta ganar por tercera ocasión la Presidencia Municipal, si le permiten hacer una campaña como él sabe, siendo cabeza de planilla y reinstalándose en el sentimiento de la gente: Jesús Félix Holguín.
Sólo que los propietarios del PAN, tendrían, primero, que luchar contra las inercias sembradas en el tejido azul, y luego convencer a Chuy Félix, porque éste ciertamente aspira, hasta el momento, a ganarse nuevas oportunidades a través de los votos, pero en el ámbito federal.
Debe de reconocer Juan Bautista, que sus asesores y estrategas políticos, no le están manejando las premisas correctas para llegar a la conclusión de lo que a su partido le falta, urgentemente, en el sur.
Le saludo, lector.