Cumple CIANO 52 años
Adolfo González Riande
Viernes 31 de Agosto de 2007
En un día como hoy, 31 de agosto pero de 1955, vio la luz primera el Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste, o simplemente llamado o conocido por todos nosotros como el CIANO.

Dentro de sus múltiples actividades, todos los que le conocemos hemos sido parte de una tradición en la difusión de innovaciones agropecuarias.

Dentro de la estrategia de difusión de innovaciones agrícolas que han seguido las instituciones dedicadas a la investigación agrícola y pecuaria en México, los “días de campo” o demostraciones de avances de investigación han jugado un papel preponderante en esta estrategia.

En nuestro entorno inmediato, en el valle del Yaqui, el fenómeno de los días de demostración se identifica claramente, con el “Día del Agricultor”, evento que se ha venido desarrollando ininterrumpidamente desde 1956, es decir, ya más de 52 años de existencia.

En los primeros años, algunos técnicos y productores recuerdan que el evento era precedido de un ambiente festivo, algunos recuerdan todavía las notas de música de banda sinaloense, y en la parte gastronómica ¡hasta barbacoa y cerveza se servía a los asistentes!

Para 1959, un 9 de abril, el Día del Agricultor cumplía su cuarto año de celebración, y según se tienen registros de un total de700 asistentes entre productores y técnicos.

Los antecedentes del evento
Revisando los antecedentes regionales, Lennard Bickel en su libro “La Revolución Verde”, describe a Norman Borlaug como el iniciador de los días de campo agrícolas en la primavera de 1948.

El citado libro ilustra ampliamente este pasaje de la primavera del 48. Bickel relata: “ Borlaug tenía la inquietud de que los agricultores del valle, conocieran la clase de trigo que podía cultivarse mediante la investigación moderna a través de la aplicación de la tecnología.”

Como estrategia, prosigue Bickel,”Borlaug organizó un evento demostrativo en parcelas experimentales y donde fuera el sitio propicio para dar explicaciones técnicas a los agricultores”.

Por otra parte, relata el propio autor, Borlaug estaba particularmente deseoso de hacer una demostración en lotes de productores, y que los que tenían mayor influencia, es decir los líderes de opinión, como don Rodolfo Elías Calles, vieran el tipo de trigo que podía cultivarse mediante la investigación moderna y la aplicación de técnica de cultivo.

La idea, se supone, se había detenido simplemente porque se requería tiempo para las cosechas. Finalmente ,en la primavera de 1948, se decidió que ya era el tiempo ideal.

Bickel clarifica, que este evento de 1948, lo que serían más tarde los Días de Demostración, lo realiza Borlaug con sus amigos Roberto y Teresa Maurer, y es precisamente ésta última quien escribe personalmente a mano dos docenas de invitaciones con letra clara. Se dice también, que Roberto Maurer, le platica al Ing. Reza Rivera, un funcionario del Gobierno, las bondades de este tipo de demostraciones, con la idea de que éste persuadiera a algunos amigos y funcionarios para que asistieran a la demostración.

La anécdota relata que, como parte de esta tarea, Borlaug había organizado un programa de viajes a las parcelas experimentales y explicaciones para los productores.

La anécdota relata, que Borlaug tuvo que esperar sentado en la caja de una camioneta, acompañado de sus ayudantes: Rupert , Campos y Enciso . Sólo cinco personas habían asistido a la cita de aquel mediodía de primavera del 1948, entre ellos, Aureliano Campoy, la señora Jones, Roberto Maurer y dos vecinos de él.

Borlaug pacientemente aguardó toda la tarde a la espera de los agricultores, como don Rodolfo Elías Calles, Eduardo Vargas y Jorge Parada, entre otros, pero no llegaron.

Esta mala experiencia, orilló a Borlaug a rediseñar una nueva estrategia para hacer llegar su mensaje a los productores. La historia ya es muy conocida, el Día del Agricultor a mediados de los 50s fue instituido por el CIANO, y por otros centros de investigación a lo ancho y largo del país.

Ya han pasado más de 52 años, por sus instalaciones han pasado centenares de técnicos, administrativos y trabajadores de campo. El Ciano es una institución de prestigio, nadie puede dudarlo.

Hoy modestamente arriba a sus 52 años, tal vez nadie lo note, tal vez a nadie le importe mucho, pero aquí, sobre el kilómetro 12 de la Norman E. Borlaug, se yergue orgullosa esta institución, que ha sido la corresponsable y copartícipe del crecimiento económico de la región.

Felicidades CIANO, ¡y que vivas muchos años más!
 
 

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