La exploración por personas a Marte es hoy una de las misiones más deseadas por el ser humano. Sin embargo, la presencia de nuestra especie en ese planeta aún es una utopía, pues las condiciones no favorecerían una expedición, aseveró Javier Ballesteros Paredes, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, campus Morelia, durante una charla de divulgación realizada en Ciudad Universitaria.
El investigador detalló que el planeta rojo está a 80 millones de kilómetros de la Tierra, por lo que el trayecto tardaría nueve meses. Los cohetes espaciales, detalló, viajan a una velocidad de dos kilómetros por segundo; además, en el camino tendrían que esquivarse fragmentos de cometas, asteroides y planetas que se transportan a 26 mil kilómetros por hora.
También se requiere un traje que simule la presión atmosférica de la Tierra, entre otros aspectos que garanticen la sobrevivencia del ser humano.
Durante la charla El cuete de enviar un cohete al espacio, Ballesteros Paredes delineó algunos obstáculos que enfrenta el ser humano para poder llegar a Marte. Se trata de un reto mayúsculo, dijo, porque habría que resolver aspectos como el abasto de combustible.
El investigador, quien es integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, explicó que otro problema sería el amartizaje, ya que la atmósfera marciana es distinta de la que hay en Tierra y constantemente se dan tormentas.
“Las naves que han tocado suelo han usado paracaídas o globos que las cubren por fuera para que cuando caigan empiecen a botar como pelotas hasta que logran frenar; después se desinfla el globo y sale el robot. A un astronauta no se le puede poner a rebotar en la superficie de otro planeta”, señaló.
Pero en caso de que un ser humano lograra amartizar ileso en ese planeta –detalló–, una vez que haya hecho experimentos, exploraciones y tomado muestras marcianas y quisiera regresar, tendría que esperar a que la Tierra volviera acercarse a Marte, pues estaría lejos por su movimiento de traslación.
“Tendrían que pasar nueve meses más para que se sincronicen ambos planetas. Después, la nave iniciaría el viaje de vuelta y tardaría otros seis meses para tocar Tierra. Llevar a una persona a Marte es una odisea de dos años, tres meses; se requiere suficiente oxígeno, comida, agua y combustible, y todo se tiene que enviar en el cohete”.
En esos más de dos años, un ser humano que explora el suelo marciano podría estar en riesgo de recibir más niveles de radiación que los máximos sugeridos. Lo anterior se debe a que en el espacio cercano está la nebulosa del Cangrejo, que es el resultado de la explosión de una supernova.
Esta nebulosa contiene partículas de protones y neutrones que viajan a velocidades cercanas a la de la luz, chocan con los planetas y son generadoras de radiación. En la Tierra los seres vivos están protegidos por el campo magnético del planeta y la atmósfera, pero en Marte esos niveles podrían generar cáncer.
“En dos años tres meses una persona podría recibir 50 veces más radiactividad que la máxima sugerida y probablemente el ácido desoxirribonucleico estaría dañado. La nave podría estar rodeada de un campo magnético; el problema es que tendría que ser demasiado intenso para desviar las partículas y no sabríamos qué le pasaría a alguien por estar inmerso en ese campo tan fuerte. Además, aún no se cuenta con esa tecnología”.
El investigador indicó que viajar a Marte es un proyecto que por lo menos tardará 30 años, pues antes hay otros desafíos, como evitar la descalcificación e hinchazón de huesos debido a la ausencia de presión atmosférica, por lo que se tiene que hallar una forma de recrearla en el espacio.
Asimismo, se debe reducir a cero cualquier falla en la nave, como un incendio o un corto eléctrico, y producir 10 mil kilos de alimentos con un costo por persona de 670 mil dólares, entre otros aspectos.