Vertiente
Bernardo Elenes Habas
Viernes 15 de Agosto de 2014

Al PRI, las piedras que se le atraviesan en el camino hacia el 2015, son internas, por la encrucijada que vive para elegir candidato; al PAN se le complican las cosas debido a que es gobierno, y porque no logró la transparencia prometida

Bernardo Elenes Habas


Es una grave fase de descomposición, la que está viviendo el PAN en el país, y por supuesto, en Sonora. Este problema se agudizó desde el proceso de elección de dirigente nacional, cuando Ernesto Cordero Arroyo y Gustavo Madero Muñoz -por supuesto, también sus grupos-, mostraron las entrañas del que fuera, en antaño, honorable partido conservador.

Ambos dieron el gran espectáculo fundado en las ambiciones que los impulsaban a ocupar, a uno, a conservar, a otro, la presidencia del partido azul, golpeándose con todo, investigando sus pasajes políticos supuestamente olvidados, y exhibiéndose públicamente ante una sociedad civil que ya no se asombra de los desfiguros de quienes, otrora, ostentaban a su partido e integrantes, como prototipo de corrección y limpieza bajo el lema, hoy absurdo, de “Por una Patria ordenada y generosa”.

Y, por supuesto, esas frivolidades continúan en el tejido panista, ahora con el escándalo en Puerto Vallarta, donde, de acuerdo a videos en poder de Reporte Indigo, legisladores federales del PAN aprovecharon su reunión plenaria de este año, para rentar una lujosa mansión, embriagarse e involucrarse con bailarinas de table dance teniendo desenlace en los dormitorios, y lo más grave, todo esto pagado con dinero ciudadano.

Desde luego, en Sonora existen otro tipo de agravios que la sociedad civil registra puntualmente y que en su momento -2015-, convertirá en facturas de cobro a señalamientos graves que el PAN, su gobierno, no han respondido como la gente reclama.

Por ejemplo, el supuesto desvío de más de 2 mil millones de pesos del fondo de jubilaciones y pensiones de los trabajadores del ISSSTESON; los 600 millones de pesos del Fondo de Modernización del Transporte, entre otras acusaciones graves y frontales.

Tal vez por eso son válidos los conceptos del dirigente priísta Alfonso Elías Serrano, cuando afirma que los del nuevo Sonora, en tan sólo cinco años han hecho más fortuna que las logradas por la estructura del PRI en 70 años, exposición que, por cierto, no abona en nada a la fortaleza moral del priísmo, porque dicha premisa define que la política en el país es un herradero.

Los caminos hacia el 2015 en Sonora, se le están complicando más al PAN que al PRI. Porque el PAN es gobierno y está en el escaparate de la crítica; pero además, ha querido resolver mediáticamente todo tipo de señalamientos, creyendo que la sociedad civil, la que posee la mayoría de votos para forjar estructuras gubernamentales, se fía de spots y promocionales, de discursos insuflados, entregando su conciencia con ingenuidad a mensajes contratados o a palabras de humo.

Al PRI, las piedras que se le atraviesan en el camino, son internas. Porque la encrucijada que vive es definir con sabiduría y más allá de intereses de grupos, quién será su candidato, considerando que si se equivoca no tendrá el dominio de aquellos que podrían generar una desbandada hacia el PAN, como sucedió en el 2009, lo que salvaría al partido azul, hoy por hoy doblegado por la conducta de sus funcionarios públicos y por lo erróneo de sus políticas, que tuvieron la mala semilla de dividir a los sonorenses.

Le saludo, lector.

 
 

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