Don Nacho, un Señor Manager
Excélsior
Sábado 23 de Agosto de 2014

Don Nacho Beristáin empezó en el boxeo en su adolescencia por la necesidad de aprender a defenderse de los bravucones, que le quitaban su dinero.  Pese a no tener una carrera exitosa como pugilista, el destino y su pasión por este deporte, lo convirtieron en un excelente formador de campeones mundiales, una cualidad que le abrió las puertas para el  Salón de la Fama.

Daniel Zaragoza, Jhonny González, Ricardo Finito López, Óscar de la Hoya y Juan Manuel Márquez son algunos de los más de 25 monarcas mundiales, que han trabajado con Beristáin, quien hoy cumple 75 años.

Yo fui sietemesino, era muy delgadito y propenso a que cuando alguien quería pelear me molestara. Había uno muy desarrollado, muy grande, y siempre me quitaba mi dinero hasta que un día me tiró un golpe y yo institivamente le metí un golpe al hígado”, recordó Don Nacho.

Ese bravucón y los demás adolescentes lo dejaron de acosar y se dio cuenta que debía seguir en el boxeo. A los 13 años inició con peleas amateur en Xalapa y después en la Ciudad de México, en donde más tarde  se hizo profesional. Pero las lesiones afectaron su carrera y lo retiraron prematuramente.

Me fui con unos boxeadores profesionales que entrenaban en un patio con piso calizo y ahí me dejaban golpear un costal con aserrín, con unas guanteletas destartaladas, que dolía mucho, pero me gustó cuando lo hacía”, recordó el famoso manager.

Tras dejar su carrera como pugilista, Beristáin parecía alejarse del boxeo. Entonces trabajó en un almacen y como taxista, hasta que le llegó una oferta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Tras pasar por diferentes áreas llegó con el equipo de boxeo de esa dependencia.

Ahí estaba un señor que había sido boxeador, referí y de todo, pero la verdad era muy malito, no sabía enseñar bien.

Mi idea era aportar lo que yo había aprendido, ya que tuve muy buenos entrenadores y algo les sabía”, relató.

Don Nacho hizo un gran trabajo con el equipo amateur, que le valió ser tomado en cuenta para llegar como entrenador a la Federación Mexicana de Boxeo y ahí empezar una exitosa carrera en Juegos Olímpicos, en los que ayudó al equipo nacional a conquistar seis medallas entre 1968 y 1980.

Para mí fue un gran orgullo estar ahí con los entrenadores polacos que vinieron a trabajar muy bien, yo les ayudaba a ellos y aprendí mucho, siempre estaré muy agradecido”, dijo don Nacho, sobre aquella experiencia como entrenador.


Nace el Romanza


Don Nacho dejó el Comité Olímpico tras los Juegos de Moscú 1980 y se dedicó a seguir entrenando en diferentes gimnasios hasta que se encontró con una gran oportunidad.

Yo vine a pagar mis impuestos y me encontré con este terreno que estaba en venta y me gustó el lugar y el precio. Pregunté si tenía permiso para gimnasio y sí tenía, por lo que me decidí a comprarlo.

Después lo empezamos a construir con lo que quedaba de las bolsas de las peleas de Gilberto Román y Daniel Zaragoza (por eso el nombre de Romanza)”.

En 1992 quedó listo el gimnasio, que hoy es considerado como un lugar mítico del boxeo y a donde llegan una gran cantidad de peleadores locales, así como del interior del país y  otras partes del mundo.

El lugar está lejos de las luces y reflectores de una pelea de campeonato mundial de boxeo, pero tiene todo lo necesario.

Pues yo no veo para qué hacerlo más grande o más lujoso, tenemos todo lo necesario aquí. Mi idea de tener un gimnasio era estar lejos de los lugares grandes donde todos los entrenadores  dicen que son los mejores y hay muchas envidias, aquí nosotros trabajamos bien así”.

Es  en este lugar donde lo pugilistas, además de adquirir todos los conocimientos, son asesorados para el camino que deben seguir dentro de esta profesión, que para muchos resulta difícil de mantener

Aquí los orientamos de qué puede ser lo mejor para ellos, pero no se les obliga, ni se les fuerza a nada.

Hay muchos que al principio prefieren hacer una buena carrera amateur y se les respeta porque es muy bueno, aunque en este país ahora el boxeo amateur está muy mal manejado”, explicó el manager sentado en su oficina.

Don Nacho, quien fue operado en mayo pasado por problemas cardiacos, es la máxima autoridad del gimnasio en donde un letrero indica de forma clara:“Prohibido hacerse pendejo”.

 
 

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