Estimado Candidato(a):
Déjame hacerte una confesión, Candidato(a): no pude escribir sobre el FONDO FINANCIERO PARA PROMOVER LA INVERSIÓN ECONÓMICA EN CAJEME porque mi corazón e hígado están en el terrible percance ecológico y medioambiental que provocaron los hermanitos Larrea, famosos empresarios ecocidas, los abusivos propietarios de la mina de Cananea y de otros negocios mineros generados y desarrollados bajo la cobija de la corrupción gubernamental.
En su enferma vocación de hacer dinero fácil, los aludidos multimillonetas contaminaron criminalmente las aguas del arroyo Bacanuchi y del río Sonora. Este gravísimo atentado a la Naturaleza y a los intereses económicos y sociales de todos los sonorenses, los Larrea deben sumarlo a la muerte de 63 mineros en Pasta de Conchos, Coahuila.
Si estos seres infames tienen conciencia, debe pesarles como losa de sepulcro. ¿En verdad pensarán estos desalmados individuos que los fines, por brutales e inmorales que sean, siempre justifican los medios? No tengo la menor duda: son engendros de la globalización.
¿Pero sabes qué es lo que me trae más enchilado, Candidato(a)? Que las Autoridades estatales no han actuado con la diligencia necesaria ni han aplicado el rigor que demanda y merece el imperdonable y costosísimo ¿descuido? en la operación de la mina.
Si Grupo México declaró una utilidad de 1800 millones de pesos en el primer semestre de este año ¿cómo puede el gobierno estatal multarlo con la ridícula suma de Un millón Trescientos Mil pesos?
Sigo enchilado y me (nos) sobra razón. Ofende la inteligencia de los sonorenses la cobertura tendenciosa que en Sonora ha dado la mayor parte de los medios de comunicación al gravísimo percance, presentándolo como accidente remediable en corto plazo. Su trato irresponsable y mercenario contrasta con la cobertura y dimensión que le dan los periódicos de circulación nacional y con los severos y muy doctos dictámenes de los científicos de la UNAM.
La UNAM determina que el asunto del río Sonora constituye el evento más grave de contaminación, de agresión ecológica, que ha vivido el país en las últimas décadas. Manifiesta que deberán pasar muchos años para que se determine la cuantía de los daños provocados a Sonora y al mundo por estos empresarios sin conciencia ni progenitora conocida que son los Larrea.
Y algo muy importante que debemos saber y lamentar todos los sonorenses: manifiesta la UNAM, nuestra Máxima Casa de Estudios, que deberán pasar décadas para que la Naturaleza (si la dejamos) pueda resarcir los daños que le imponen los tóxicos que se derramaron en las aguas ahora letales del río Sonora.
Y tan lejos y tan ajenos que nos parecen los trágicos percances de Chernobyl y Bhopal, que tuvieron causas parecidas y consecuencias funestas como las que nos traerá a los sonorenses el derrame de la presa de Cananea. Una de las muchas incubadoras de tragedias de los hermanitos Larrea.
Va mi solidaridad a todos los habitantes de los muchos municipios de la sierra que son víctimas directas e indirectas, presentes y futuras, de este criminal e imperdonable suceso. Pienso con gran aflicción en los que sufrieron daños físicos y económicos, familias completas que tendrán que abandonar sus hogares, tierras, animales y patrimonios diversos que la contaminación de los hermanitos Larrea malogró para siempre.
Este aciago evento me permite rendir homenaje al inolvidable Gerardo Cornejo, que recién emprendió el viaje sin regreso. Digo con él que “los habitantes de la sierra son los mejores habitantes de Sonora. Son los sonorenses auténticos. De ellos se desprende la estirpe de los sonorenses de ahora.”
Pero las venas de Sonora están ahora envenenadas y por ello la sierra de Sonora bañará los valles con sus lágrimas y no con las aguas de sus ríos y arroyos.
Cualquier sonorense bien nacido debe sentirse afrentado y triste con lo del derrame y sus drásticas consecuencias ecológicas, sociales y económicas.
Candidato(a) y lectores todos: hago público mi desencanto y preocupación. No puedo quitarme de la cabeza que pasen estas cosas en México. Y precisamente en Sonora, que ocupa primerísimos lugares en extracción de cobre, oro y plata, además de otros importantes y valiosos metales que enriquecen a las empresas y empobrecen al estado
Me pregunto: ¿Cómo es posible que el gobierno de Sonora tenga la enorme deuda y las megabroncas económicas que padece, cuando la minería produce tanta riqueza?
No es aceptable que el gobierno niegue a la población lo básico que debe proveer, argumentando que no tiene dinero, cuando una fortuna incalculable se están llevando de Sonora las empresas mineras.
Me preocupa no saber a dónde van a parar los recursos naturales tan valiosos de los sonorenses y me preocupa también que en vez de recibir tributos de las empresas mineras, los sonorenses estemos pagando los enormes y carísimos daños que hacen a nuestros caminos, a nuestras carreteras y al medio ambiente en que vivimos esas empresas mineras, extranjeras y nacionales, que succionan con avidez nuestra sangre.
Mejor aquí la dejamos por hoy y dejo pendiente para la próxima CARTA CIUDADANA el trato del asunto que nos viene ocupando. Me refiero al del FONDO y no el del megadesastre del río Sonora (por poco y escribo megadesmadre. ¿Valdrá como sinónimo para esta ocasión y caso?)
P.S.: ¿Y si traemos a los hermanitos Larrea y los bañamos en el río Sonora…?
P.P.S: No, es pésima la sugerencia. Acabaríamos de contaminar el río.
ESCRITORIO ECONÓMICO
M.N.I. Jaime E. Mondragón M.