Apenas la semana pasada el Ayuntamiento de San Ignacio Río Muerto anunció una inversión de 4 millones de pesos para obras de infraestructura en la comunidad de Bahía de Lobos yaquis y yoris.
En la misma semana, la Comisión Federal de Electricidad suspendió el suministro de energía eléctrica en los pozos que abastecen de agua potable a las comunidades indígenas Bahía de Lobos Yaqui, Tetabiate y el Tápiro.
Durante estos días que son los más calientes del caliente verando sonorense, alrededor de 4 mil 500 personas se quedan sin agua potable debido a los adeudos que el Ayuntamiento tiene con la CFE.
Una contradicción típica de nuestro subdesarrollo social y político: Primero están las obras materiales donde se lucen todos, desde el o los diputados que gestionan los recursos, el alcalde que inaugura las obras, los constructores que se llevan el contrato.... y frente a ellos, ajenos al festín de los millones, una población extremadamente pobre que ahora no tiene ni lo esencial: el agua.
El alcalde Pedro Flores Moreno mencionó la posibilidad de presentar una denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, toda vez que es "inhumano", que las familias de la etnia no cuenten con agua.
Los líderes yaquis, algunos tan combatientes en el caso del acueducto Independencia, aquí apenas han emitido declaraciones vagas ante esta decisión inhumana del gobierno federal a través de la CFE.
La buena noticia podría ser que en los próximos días aparezca un precanddiato anunciando su intervención para que quede salda la deuda con la CFE, y entonces sí todos se tomarán la foto sonrientes.
Pero mientras opera el "milagro", esos 4 ó 5 mil indígenas de SIRM seguirán sin agua potable.