El pecado original de Padrés
Sergio Anaya
Jueves 11 de Septiembre de 2014

Sergio Anaya

No, no es por la expulsión de los delegados federales, tampoco por las irregularidades del acueducto Independencia. El bullyng político y mediático que enfrente hoy el gobernador Guillermo Padrés no tiene su causa en acontecimientos recientes ni en errores de su administración, ni siquiera en la envidiable presa que abastece a su rancho.

El "pecado original" que hoy paga el gobernador sonorense lo cometió hace dos años, cuando participó como orador único en el mitin de la campaña electoral de Josefina Vázquez Mota, evento, recordarás, a un costado de la Arena Itson.

Allí, sin ningún recato, Padrés se lanzó a la yugular del entonces candidato priista Enrique Peña Nieto. Pero la suya no fue una crítica política más, como muchas que se expresan en la guerra electoral. Padrés se mofó en esa ocasión del candidato priista a la Presidencia de la República. Lo definió varias veces como un "lobo copetón con piel de cordero", lo ridiculizó como si estuviera seguro del triunfo de su candidata Josefina y de la derrota de Peña Nieto. Sólo algunos panistas podían creer enesa posibilidad, y Padrés era uno de ellos, al parecer.

Aun más, cuando al candidato Peña Nieto le tocó el turno de visitar Cajeme, el gobernador sonorense, dicen, ordenó bloquear los camiones que acarrearían gente del sur de Sonora hacia el mitin priista.

Desde entonces la crítica de los priistas contra Padrés ha sido exacerbada, más allá de lo que estamos acostumbrados en la política regional, y la expresan con mayor virulencia cada vez que tienen oportunidad de hacerlo, como si cumplieran un encargo hecho desde el centro del país.

Hoy el panista parece estar en "la picota", acorralado por la oposición priista en el Estado y por el Gobierno Federal. Sus rivales se frotan las manos en espera de una decisión fuerte, letal, tomada en el D. F. contra Padrés.

Antes de que esto suceda, el gobierno de Enrique Peña Nieto deberá evaluar las consecuencias de un castigo "ejemplar" contra un gobernador que forma parte de la nomenclatura panista, a cuyo líder, Gustavo Madero, ayudó con muchos recursos a ganar la elección interna.

Entre los opositores que ayudaron a Peña Nieto a imponer sus reformas estructurales va creciendo cada día la inconformidad, el disgusto, por escándalos que consideran propiciados desde la Presidencia de la República. Como si ésta hubiera esperado la aprobación de dichas reformas para empezar un proceso de demolición contra sus aliados, a quienes piensa aplastar en las elecciones del 2015 e imponer de nuevo el "carro completo" del viejo priismo.

Es a Peña Nieto a quien menos le conviene propiciar el encono de sus ahora ex-aliados. Las reformas están aprobadas pero aún hay muchos recovecos pendientes que podrían si no detenerlas, cuando menos hacerlas más lentas e inoperantes.

Esta podría ser una salida coyuntural para Guillermo Padrés. El apoyo total de Madero y el panismo, que no dudarían en echar abajo el triunfalismo peñista derivado del Pacto por México. Hay muchas circunstancias propicias para encender una oposición virulenta, y no sólo en los cálculos de los políticos profesionales sino en general entre la población mexicana que ya ha expresado su desaprobación a las reformas y su baja aceptación de la figura presidencial.

¿Que este episodio servirá cuando menos para cerrar el acueducto Independencia y darle así un golpe demoledor a GP?

Quién sabe si esto es precisamente lo que busca Padrés. Ya la amenaza de cierre hace unas semanas puso en evidencia la decisión de las fuerzas vivas de Hermosillo para impedir el cierre del acueducto.

Si esto sucediera de aquí a la elección del 2015 el escenario preelectoral sería un infierno para el PRI, pero no porque la población capitalina vaya a salir de inmediato a defender al gobernador y su acueducto.

El infierno preelectoral lo calentarían los inversionistas que han apostado por la "seguridad hídrica" que les da el acueducto a sus millonaria inversiones. Y, como se demostró hace unas semanas, una posición beligerante de los empresarios hermosillenses permea fácilmente entre la población del centro y norte del Estado (resentida ésta contra el PRI por la imposición del 16% del IVA).

Así las cosas, no será tan sencillo deshacerse de Padrés y cerrar el acueducto en los próxmos meses. Y si no, pregúntenlo a los "Borregos" Gándara, a las Pavlovich y otros suspirantes priistas, ¿cómo les caería el cierre del acueducto?

 
 

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