Ocurrió en la calle Agustín Melgar, cerca de la Chihuahua, en el sector Reforma:
Al no hallar la forma de desquitarse con su pareja sentimental, una iracunda mujer decidió tomar venganza contra lo que más le duele a los hombres: atacó la camioneta último modelo de su pareja.
Con enérgica decisión agarró del suelo un objeto pétreo y estrellólo contra el cristal delantero del automóvil; al oir el impacto, el hombre sintió ñáñaras, como si le hubieran pegado a él.
"Pégame a mí pero no al carro", gritó el hombre desconsolado, presa del dolor al mirar su querida lancha citadina que con tanto sacrificios pagó.
Enseguida llamó a la policía y cuando éstos llegaron, señaló con dedo flamígero a su encabritada mujercita: "Esa mujer me robó el corazón y atacó con objeto pétreo lo que más quiero".
Conmovidos por la escena trágica que presenciaban, los representantes de la ley aprehendieron a la mujer y la llevaron ante la barandilla, donde le recomendaron acudir a un negocio de autocristales.