Mini Crónica de la FIL
Andrés González Prieto
Martes 16 de Septiembre de 2014

Andrés González Prieto

Ya merecía Ciudad Obregón una feria del libro como la que disfrutamos las familias cajemenses que en número estimado de 22,000 personas acudieron a comprar libros, visitar stands, desaburrirse del todo. Fue una grata experiencia escuchar a los escritores narrar sus cuitas creativas, compartir universos y señalar con esperanza inmortal que el final del túnel cultural está cerca, viniendo a la inversa.

El instituto Politécnico nacional y su equipo, a la vez de su representante Mario Saucedo se lucieron al permitir a la comunidad cajemense  recrear la pupila con la muestra bibliotecaria de diferentes editoriales que participaron en ella en un nivel de primera clase. Por ahí, los niños miraban con extrañeza los distintos juegos mentales, cubos y acertijos científicos que motivan la imaginación y la fantasía desviándola de la virtualidad de  los I-phones, I-pads y demás yerbas electrónicas de moda. Ahí la familia compartió espacios, lejos del Facebook y los tweeters, whatups, reintegrándose en preguntas y respuestas de alto convivio familiar.

Claro vimos un sin número de personas especializadas en ventas  quienes respondieron y orientaron gustosos a los que acudieron en pos de las ofertas de libros económicos (mi familia gastó como 500 pesos en libros de20 y30 pesos) Los entes orientadores mencionados con voz y acento que no niega la cruz de su parroquia (sin que eso sea delito) miraban con desenfado que este incipiente público asistente (tenía razón Vasconcelos) no compraba libros arriba de 350 pesos, salvo los conocedores. Por eso una de las propuestas que comentaron algunos es que este tipo de ferias debería ser patrocinado por el gobierno para bajar costos y promover la lectura ( ¿y luego quién votará por nosotros? No es el título de un libro eh).

El local fue debidamente arreglado y daba un aire de confianza a los visitantes, salvo algunos exabruptos acústicos con las llamadas Batucadas que sin decir agua va, retumban sus tambores en síncopa desordenada  anti- marcapasos en detrimento de nuestros órganos auditivos. (La batucada es un grupo de instrumentos de percusión  alegres pero no ruidosos que acompañan a bailarines que demuestran sus habilidades en ritmos africanos latinalizados en varias partes del mundo).

Qué diferencia con la rondalla del Itesca a cargo del maestro Arnoldo Jaime o de la Tuza de UTS, que con agradables melodías alegraron el ambiente  y permitieron la amena plática de los concurrentes.

Me tocó ver y escuchar a varios escritores  comentar sus libros, compartir técnicas, anécdotas. La que más gustó (justificando el lleno completo) fue doña Elena Poniatowska, aunque su edad ya no le permite la claridad de voz, sus ideas si son claras y precisas sobre un México injusto y entregado. Aunque no estuve de acuerdo con ella, cuando dijo que Guillermo Haro era un hombre mayor a sus 60 años (qué pasó maestra, tengo 65 y me siento muy bien)

Me gustó que se le rindiera homenaje a don Carlos Moncada, no solo porque es de aquí, sino porque se lo merece al ser de las pocas expresiones literarias allende a fronteras municipales que han demostrado su valía. Pasaron por alto,  en la mayoría de los asistentes, las diferencias entre los grupos del poder cultural aquí en Cajeme (los bendecidos y los malqueridos)  algunos gritos por aquí, lágrimas por allá,  protagonismos acullá,  en un performance ridículo que debería de dar vergüenza.

Por ahí muchas personas lamentándose la falta de promoción del evento, parece que las nuevas estrategias promocionales están direccionadas exclusivamente a las redes sociales y a pocos periódicos con escasa cobertura.  Diría el señor Moncada, entrevistas a los escritores invitados, técnicas temáticas con objeto difusor, hay tantas cosas que se pueden hacer, parece que el presupuesto publicitario del evento, o fue poco, y lo  poco se repartió entre pocos, o lo poco se quedó entre menos pocos. Alguien decía. “Que lo averigüe Vargas”

Lamentable también, hay que resaltar, que el área de acceso al CUM, la calle Sufragio en completa obscuridad en peligro latente  para las familias asistentes al evento y ningún policía ayudando a contener al tráfico, hubo clases gratuitas de toreo de carros, sinceramente las lámparas led los 10 días no funcionaron, no es grilla es comentario, vox populli, nos consta a todos.

Las felicitaciones para el Politécnico Nacional, Mario  Saucedo, Bécker García, a todos y cada uno de los que hicieron posible este evento en pro del tan necesitado desarrollo cultural de Cajeme. Es Cuanto.

 
 

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