Juegan con los ánimos encendidos
David Venn / LasMayores.com
Sábado 04 de Octubre de 2014

LOS ANGELES - Aunque los jugadores tanto de Cardenales como de Dodgers han tratado de restarle importancia a la mala sangre entre ambos equipos, el viernes volvieron a subirse los ánimos en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional, una victoria de los visitantes por 10-9.

Abriendo el tercer episodio, el abridor de San Luis, Adam Wainwright, le dio un bolazo en el hombro izquierdo a Yasiel Puig durante el turno del cubano. Eso fue después de que Wainwright le había tirado pegado al dominicano Hanley Ramírez en la primera entrada.

El próximo bateador del inning, el mexicano Adrián González, sostuvo un fuerte intercambio de palabras con el receptor de los Cardenales, el boricua Yadier Molina, al llegar a la caja de bateo.

González y Molina tuvieron que ser separados por el árbitro del home plate y sus respectivos managers, mientras se vaciaron las bancas de ambos equipos.

El "Titán" relató que después del pelotazo, le preguntó a Molina si los Cardenales iban a seguir propinando bolazos y que el cátcher le reclamó respeto al hablar.

De su parte, el veterano puertorriqueño alegó que nunca llegó a comprender exactamente qué le decía el toletero mexicano.

"Cuando dimos el pelotazo a Yasiel, pues cuando yo volvía para el home, lo escuché gritándome", dijo Molina. "No entendí lo que me decía. Cuando un hombre te grita, uno se enciende de una vez y eso fue lo que me pasó. Le pregunté a mi modo qué era lo que me estaba diciendo y no pude entenderlo nunca, pero eso es parte de playoffs.

"Yo creo que eso es parte de esta competencia. Nosotros tenemos buen equipo, ellos tienen buen equipo y estamos compitiendo".

Después de varios gritos, principalmente entre González y Molina, se calmaron las cosas. Wainwright pareció comunicarle a Puig que el pelotazo no fue intencional y el partido siguió sin más incidentes.

"Le dije que era mala mía, que no quise hacer eso", afirmó Wainwright. "No quería que fuera un gran show. No quería despertarlos a ellos y tampoco quería que nuestro equipo perdiera el enfoque.

"Entonces, traté de aclarar las cosas ahí".

Este último capítulo en la rivalidad entre Cardenales y Dodgers no es sin antecedentes. En la Serie de Campeonato de la Liga Nacional hace un año, Joe Kelly le dio un pelotazo a Ramírez en el primer inning del Juego 1, lo cual al dominicano le causó unos dolores de los que nunca pareció recuperarse durante la serie. Durante la misma, algunos jugadores de San Luis calificaron como "estilo Mickey Mouse" (poco profesional) la manera en que Puig tiró el bate luego de dar un batazo a lo profundo de los jardines. Dicho comentario provocó que González, después de dar un cuadrangular más adelante en la serie, hiciera seña de oreja de ratón, como una forma de burlarse de lo expresado por los Cardenales.

Y en esta temporada, Ramírez recibió dos pelotazos más de parte de lanzadores de San Luis durante una serie en julio.

"Creo que sí", contestó Molina al preguntársele si los Dodgers traían amargura por lo ocurrido entre ambos equipos previo al encuentro del viernes. "Sé que ellos hablarán de lo que pasó el año pasado y que este año no quieren lo mismo.

"Obviamente lo hablarán, pero al mismo tiempo si lo vas a hacer, no grites. Habla con respeto también".

Después del bolazo a Puig, el jardinero anotó con sencillo de Ramírez, quien de su parte se robó la segunda almohadilla y cruzó el plato con doble por reglas de Carl Crawford.

"No tratábamos de golpear a nadie en esa situación", dijo el manager de los Cardenales, Mike Matheny.

De su parte, el dirigente de los Dodgers, Don Mattingly, quiso restarle importancia al incidente y mirar hacia el Juego 2, con su equipo abajo 0-1 en la serie.

"Lo principal para nosotros asegurarnos de jugar, de hacer en el terreno", dijo Mattingly. "No vas a ganar nada con eso del machismo. Entonces, es simplemente cuestión de nosotros tratar de ganar un juego".

 
 

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