Aureliano Rincón Candelas
Domingo 2 de noviembre y me dirijo al tianguis de la Michoacán sin agenda, a matar el “tiempo”, como si esta tierra ocupara de una ejecución más. Es una mañana nublada que hace años no veía en un Día de los Muertos, que me transporta a los otoños vividos en Navojoa.
De pronto me encuentro frente a un puesto de películas piratas. Un tanto cohibido por sentirme al borde de ser un “papá pirata”, le pregunto sin mucho afán al tendero si tiene La Dictadura Perfecta, ya que a simple vista no la ubico entre la multitud de títulos.
“No la tengo…creo va tardar”, me responde con cierta resignación el joven que atiende el puesto, pues me comenta que muchos clientes ya se la han pedido y que no ha podido cumplir con el encargo porque todo hace indicar que la película “está protegida”.
Reportero al fin, la curiosidad me hace continuar el diálogo, mientras tomo varias películas con un interés fingido. “Entonces protegieron bien la propiedad intelectual de la película y no han podido sacarla pirata”, le reviro con la idea ingenua de estar en lo cierto, pero no.
Mientras cobra la mercancía, el tendero hace un gesto de cortesía y atiende el comentario con una hipótesis un tanto irrisoria, pero escalofriante a la vez: “Lo que supe es que está protegida por Tepito y por eso va tardar en salir”.
La duda sigue, pero se resuelve al instante cuando el comerciante agrega que “va pasar lo mismo como con No se aceptan devoluciones, los productores llegaron a un acuerdo con la gente de Tepito y les respetaron por un tiempo no sacarla pirata”.
Contrariado por esa versión, me propongo a tratar de entender lo absurdo. Desde mi soliloquio concluyo en mi asombro: El PRI y sus dinosaurios no eran la dictadura perfecta, en todo caso el PRI era el que cuidaba la jaula, pero ya se le escaparon como en Jurassic Park.
Y ya no hubo regateo ni descuento que sirviera de consuelo, el saber que el crimen organizado representa hoy la Dictadura Perfecta. Solo espero que no dure 70 años como la patente de don Plutarco Elías Calles.Chale.