San Andrés Tuxtla, Veracruz.- El exseminarista Julián Quino Velasco fue detenido por el delito de abuso sexual cometido en agravio de una menor.
Los hechos se registraron el 14 de junio cuando Quino Velasco abusó sexualmente de una niña de ocho años de edad, y luego se dio a la fuga.
El caso salió a la luz pública el pasado 2 de julio cuando la madre de esa menor, Olga Lilia Tovilla Madrigal denunció a Quino Velasco, miembro de los Misioneros de Guadalupe, por haber abusado sexualmente de su hija.
También se estableció que sacerdotes de la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez, ayudaron a escapar a Quino Velasco, quien forma parte de un grupo se seminaristas que recorre el país para impartir lo que llaman "Semanas de Apostolado".
En la entrevista, Tovilla Madrigal afirmó que, el pasado 14 de junio, su hija asistió a una sesión sobre temas católicos en la capilla de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la colonia Colinas del Oriente de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
"Cuando ella llegó, no había otros niños, sólo un seminarista, Quino Velasco. Ella se quedó platicando un rato con él mientras llegaban los demás niños. Mi hija iba sola a la capilla porque está ubicada cerca de nuestra casa. Con engaños, la llevó a una casa de la misma colonia, donde él se hospedaba y donde abusó de mi hija".
Según el testimonio de la niña, al entrar a la vivienda, el seminarista la metió a la recámara, donde, dijo, tenía los regalos, la empezó a besar y acariciar y la acostó en la cama.
"Yo no podía hablar ni gritar de tanto miedo que tenía", señala la niña, según la cual el seminarista no la violó.
En su testimonio ante el agente del Ministerio Público, Tovilla Madrigal narró:
"Cuando regresé a la casa, mi hija estaba muy triste. Me dijo que nunca iba a volver a la iglesia porque hay gente muy mala y que jamás la volviera a dejar sola. Le pregunté que había pasado. Entonces, llamé al celular del padre Daniel Orantes Trujillo, encargado de la parroquia `Divino Niño Jesús`, quien es amigo de mi familia. Me preguntó qué pensaba hacer. Le dije que lo quería matar; que lo iba a denunciar… El me dijo que no lo hiciera, que me esperara, que en media hora llegaría a mi casa".
Añadió que el padre Orantes Trujillo no se llegó a su casa, por lo que al día siguiente se presentó en la FGE, donde le pidieron que acudiera a la Fiscalía Especializada en Delitos de Abusos Sexuales.
"Ahí no me atendieron porque era sábado. Al regresar el lunes siguiente, me dijeron que ya había pasado mucho tiempo y que no podían detener en ese momento al seminarista. Entonces, el sacerdote Daniel Orantes y otro, de nombre Jaime, fueron a ver Quino Velasco, al que le dijeron que huyera a la ciudad de México, donde se encuentra la sede del seminario. Le advirtieron que yo lo iba a meter a la cárcel".
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