Como desaparecieron los mastodontes de la faz de la tierra, así fueron extinguiéndose las viejos cines.
Uno tras otro apagaron sus marquesinas, pararon los proyectores y las pantallas quedaron, ahora sí, en blanco, mudas, inexpresivas, sin vida.
De los viejos cines de Cd. Obregón, el "Cajeme" y el "Cinema Obregón 70" fueron los últimos en desaparecer. Los cinemas Gemelos de la calle 200 no entran en esta clasificación pues su estilo pertenece al de las salas actuales.
El cine "Cajeme", ya sabemos, corrió la suerte del Cinema Paradiso, fue destruido y en su lugar hay ahora un estacionamiento de automóviles.
El "Cinema Obregón 70" también cerró hace ya varios años pero su edificio no fue destruido, sobrevivió abandonado para convertirse en un refugio de malvivientes.
En este viejo cine de la calle Chihuahua fue el primero con una pantalla suficientemente ancha para proyectar en ella películas en formato de 70 milímetros, de allí su nombre. En esa pantalla nos recreamos con las películas más populares de la época protagonizadas por los Charles Bronson,Clint Eastwood, Alain Delon. Vimos hasta la saciedad las comedias "eróticas" de Lando Buzzanca y otras italianas que a más de uno nos provocaban a hablar como romanos. Decíamos tonterías como "La tua sorella está buenini para facerle un bambino..." y otas frases de poca imaginación y mucha corrientez. Así éramos, ni modo ¿Éramos?.
Tal vez las películas más recordadas eran las que protagonizaba Isela Vega, y si usted tiene más de cuarenta años sabrá por qué. Era ella el símbolo sexual que inspiraba la turbia imaginación de los adolescentes que se hacían pasar por mayores de edad para entrar al cine. Isela en "Las pirañas aman en cuaresma"... ¡qué gran actuación!, película de culto, la Diosa mexicana que un día llegó a esta ciudad para presentar el show inaugural de la nueva zona roja, allá en el 74.
Durante varios meses los preparatorianois del Itson lograron lo que parecía imposible: Entrar al Cinema gratis o pagando sólo una pequeña parte del boleto. Al parecer el gerente del cine tenía miedo que la turba estudiantil hiciera desmanes y quebrara los vidrios para entrar a la fuerza. No éramos tan destructivos, nada más la mala fama.
Mucho descubrimos en la oscuridad de esa sala que al principio parecía muy incómoda pues no estábamos acostumbrados a los pasillos estrechos y al desnivel pronunciado que la dividía pero sin establecer la separación tradicional de luneta y galería... aquí estaban revueltos la chusma y los apretados.
Sobrevive la estructura del "Cinema Obregón 70" y no será destruido, al menos en los próximos meses, para convertirlo en un lote baldío. Su actual propietario lo está acondicionando para rentarlo como almacén, un destino poco heróico para un cine de época.